Miles y miles de jóvenes en todo el país se manifiestan y movilizan para conquistar el derecho al aborto legal, seguro y gratuito, y la localidad bonarense de Baradero  -donde multitudinarias movilizaciones coparon las plazas de la ciudad el 8M, el 3J y en varias oportunidades – no es la excepción. Producto de la gran adhesión juvenil que provocó esta campaña, los sectores eclesiásticos no dudaron en atacar en sus lugares de estudio a aquellxs adolescentes que adhirieron a este reclamo.

Desde la Iglesia e instituciones católicas, primero comenzaron con persecuciones a los jóvenes vía redes sociales: los directivos y personajes de las instituciones llamaban la atención de lxs estudiantes ante cada publicación a favor del aborto legal, seguro y gratuito.

Como este accionar no detuvo al movimiento de jóvenes, siguieron las ofensivas. Un alumno del Instituto Santiago Ferrari que llevaba el pañuelo verde fue amenazado por las autoridades con no renovarle la matrícula el año que viene. El hecho se sumaba a otro acto de persecución en ese mismo colegio -en este caso a la comunidad LGBT- ocurrido el viernes 15, cuando una estudiante fue denigrada frente a sus compañerxs e “invitada a retirarse” de la institución por el cura Lucas Gabriel Martínez, tras presentar un trabajo práctico sobre “Los 10 mandamientos” en el que señalaba que “las parejas homosexuales aún no tienen permitido el casamiento por la Iglesia, lamentablemente” y mostraba una foto del casamiento de dos mujeres junto al mandamiento “santificarás la fiesta”. Ante esto intervino el centro de estudiantes de la escuela, que junto con madres y padres mostraron su rechazo a este accionar por parte de los directivos y realizaron sus reclamos. Se decidió, además, continuar con la denuncia ante el Instituto Nacional Contra la Discriminación, la Xenofobia y Racismo (INADI).

La intendencia de Fernanda Antonijevich (Cambiemos) manifestó su apoyo a la Iglesia y en especial al cura Martínez, mostrando cómo el poder político avala el hostigamiento de lxs estudiantes.

Estas ofensivas evidencian una vez más los métodos oscuros con los que interviene la Iglesia, que a través de amenazas y hostigamientos quiere establecer “control” y presión sobre lxs estudiantes. Desde el Plenario de Trabajadoras – Partido Obrero expresamos nuestra solidaridad con lxs jóvenes secundarixs y nuestro repudio ante este accionar oscurantista que ataca la libertad de expresión.

Ante la constante persecución eclesiástica llamamos a redoblar la lucha por la conquista del derecho al aborto legal seguro y gratuito, para demostrar que a este movimiento de jóvenes y mujeres no lo puede frenar ninguna presión oscurantista. A pesar de los ataques por parte de los sectores conservadores, somos millones lxs que en la calle podemos a arrancar esta conquista. 

Por la aprobación de la ley de interrupción voluntaria del embarazo. Separación de la Iglesia del Estado. Basta de persecución. Educación estatal, laica y gratuita al servicio de los trabajadores.