Mujer

7/8/2008|1049

Por un Encuentro de Mujeres victorioso

Plenario de Trabajadoras

¿Puede alguien negar que estamos frente a un límite que reclama una acción masiva por parte de las mujeres? La violencia institucional y social va moldeando un persistente proceso de sometimiento. Avanzan los tarifazos y la inflación, así como la entrega sin pausa de la educación y la salud al oscurantismo clerical. Quienes creían que éste era apenas un régimen social imperfecto, se quedarán sin palabras al saber que la esclavitud sexual y laboral se lleva la vida de 4 millones y medio de personas al año, en un 80% mujeres y niños. Quienes pretenden que la lucha revolucionaria está ajena a la pelea por los derechos de las mujeres, no han comprendido el alcance de semejante cuadro social.

La realidad de las mujeres que iremos al Encuentro Nacional de Mujeres no difiere de esta breve caracterización: va a estar allí la mamá de Natalia Narváez, captada por una red de tratantes que operan por Internet. Estarán presentes los familiares de algunas de las mujeres y niñas desaparecidas de este país, como Fernanda Aguirre o Andrea López.

Estarán las mujeres trabajadoras rurales que viven día a día la explotación de las patronales pequeñas, medianas y grandes del campo. Las mapuches, expulsadas de sus tierras, perseguidas y reprimidas. La mamá de Noelia Herrera, violada y asesinada por la policía de Marcos Paz. Las trabajadoras precarizadas; las docentes con sueldos miserables; las secundarias que se organizan contra la destrucción escolar materializada no sólo en los contenidos educativos, sino también en el derrumbe literal de los techos sobre sus cabezas. Las mujeres de Ecotrans y Mafissa, que se han organizado ante la expulsión de sus compañeros de la empresa de colectivos y de la fábrica textil.

Quizá sean las ausencias en Neuquén las que más nos deban comprometer a una acción común y sin pausa: las más de 500 mujeres y niñas desaparecidas en las redes de prostitución; las más de 600 mujeres que mueren al año por abortos clandestinos; las mujeres pobres presas por ser usadas como “mulas”; Romina Tejerina y Mariela Alonso, abusadas y presas por infanticidio; millones de mujeres golpeadas y sometidas en sus hogares; en definitiva los millones de mujeres trabajadoras, amas de casa, estudiantes que no irán al ENM.

Sin embargo, al interior del movimiento de mujeres y al interior de la Comisión encargada de organizar el Encuentro, priman la confusión y la estrechez a la hora de valorar los objetivos propuestos. Entre las integrantes de la CO no hay una corriente convergente que se proponga traccionar un plan de lucha por el programa de las mujeres. El alineamiento con la patronal sojera por parte del PCR, y desde antes con la Iglesia católica, las ha convertido ahora en defensoras de la inacción, ni siquiera de lo testimonial (algo de lo que habitualmente se las acusa). Se nota que Neuquén fue elegida para desviar la propuesta de que el ENM se realizara en la Capital Federal, la sede del poder político, por entonces no tan enemistado con algunos sectores que hoy se alinean con el campo de la patronal agraria. Todos los pasos dados en Neuquén en lo relativo a la organización del Encuentro fueron para ningunear las dos luchas emblemáticas de la provincia: Zanón y docentes, que en Córdoba se esgrimieron como argumento para la elección de la sede.

Se rechazó nuestra propuesta de que el acto de apertura se hiciera en Zanón. Finalmente, se aprobó realizar un acto allí el sábado por la tarde, convenientemente restringido a los oradores pactados entre el PTS y el PCR (junto a otros que hicieron de furgón de cola). Se trata de un oportunismo de ésos, entre sojeros y supuestos come-sojeros, que excluye de paso a las innumerables fábricas recuperadas que atraviesan una grave crisis como consecuencia del sabotaje del Estado. Como si este acuerdo sectario (para colmo con los enemigos de gravar con impuestos a la burguesía agraria) fuera a reforzar la lucha por la expropiación de Zanón bajo gestión obrera. Ratificamos lo ya dicho en la Comisión Organizadora: el acto debe ser la expresión generalizada de diferentes sectores del movimiento de mujeres integrantes del Encuentro Nacional, incluyendo a las fábricas recuperadas, en defensa de la expropiación y la gestión obrera, y jamás para servir de escenario para quienes comulgan con Bergoglio, Lozano y De Angeli. La oligarquía agraria no ha dejado de expulsar a las mujeres y trabajadores en general de sus tierras.

Frente a la presencia de miles de luchadoras, ¿no se trata de que todas hablemos y les digamos a las obreras y obreros de Zanón, y a la clase obrera de conjunto, que estamos con ellos en todo el país? Esta es la posición que levantó el Plenario de Trabajadoras durante varias reuniones y que fue rechazada sin siquiera consultar a los propios obreros y obreras de la fábrica, y sin siquiera respetar el único antecedente que hay en este sentido, el de hace dos años en Jujuy frente al penal donde está  detenida Romina Tejerina (cuando levantamos  una tribuna donde pudieron expresarse todas las que quisieran). Para colmo, los mismos organizadores del acto excluyente y sectario se han coaligado para programar, a la misma hora, otras actividades, que conspiran para vaciar el acto en la fábrica ¡y esto mientras se declara el propósito de reforzar la lucha por la expropiación!

Estamos ante una metodología liquidacionista de cara a la necesidad de desarrollar un pujante movimiento de mujeres que luche por nuestros derechos los 365 días del año. Apelamos a todas las mujeres que concurriremos al Encuentro a definirnos por la elección de una lucha a fondo, un plan de lucha concreto, que naturalmente no puede partir de la censura, el sectarismo y el aparatismo, sino de abrir el espacio de intervención, escucharnos entre todas y poner en marcha una gran convocatoria: contra todas las formas de sometimiento y violencia de las que somos víctimas las mujeres: abajo los tarifazos y la inflación que hambrean nuestros hogares, salarios acordes al costo real de vida, trabajo en blanco, no al trabajo infantil en el campo y la ciudad, salarios dignos para sus padres, abajo el estatuto del peón rural, no a la expulsión de los campesinos y campesinas de sus tierras, no a la represión a los trabajadores que luchan, igual salario por igual trabajo, cárcel a todos los abusadores de niños y mujeres, desmantelamiento de las redes de trata y prostitución, cárcel a proxenetas y funcionarios implicados, abajo la esclavitud sexual y laboral, abajo la ley kirchnerista de trata que encubre a proxenetas y tratantes, libertad a las mujeres pobres detenidas en las cárceles argentinas por delitos económicos, por razones políticas o por haberse defendido de hombres abusadores; libertad a Romina Tejerina y todas las rominas, entrega inmediata de anticonceptivos en el hospital público, educación sexual científica en todos los niveles educativos, aborto legal ya en todo el país, expropiación de Zanón, cárcel para Sobisch y todos los responsables políticos del asesinato de Carlos Fuentealba.

Que el 28 de septiembre los sindicatos, las organizaciones de mujeres, estudiantiles y todas las organizaciones sociales marchemos de forma unitaria por educación sexual, anticonceptivos gratuitos y aborto legal. El 25 de noviembre todas en las calles contra todas las formas de violencia contra la mujer: trabajadoras, estudiantes y amas de casa.