Mujer

20/6/1995|452

Prostitución y “balance de pagos”

Acaba de concluir en Santo Domingo el “primer congreso sobre la situación de las trabajadoras sexuales dominicanas” (increíble lenguaje de simulación e hipocresía). Sus conclusiones son demoledoras: “En los últimos años, la República Dominicana se ha convertido en uno de los principales países exportadores de mujeres para el comercio sexual internacional. Más de cien mil dominicanas ejercen la prostitución, la mitad en el exterior. Las mulatas dominicanas son cada vez más demandadas en Europa” (Le Monde, 25/5).


Las mujeres pobres de la Dominicana, señala una de las intervinientes en el Congreso, pueden “elegir” entre cuatro clases de empleo: “el trabajo doméstico, donde normalmente son tratadas como esclavas; las zonas francas industriales, donde son superexplotadas y mal pagas; el trabajo informal o la prostitución” (en este caso son, no esclavas de la escala más brutal, sino “trabajadoras” sexuales).


Según denunciaron, la prostitución y la exportación de mujeres están organizadas por verdaderos monopolios capitalistas, que cuentan con la complicidad de los funcionarios estatales de la Dominicana y, claro está, también de los países receptores.


El tráfico de mujeres para la prostitución ha alcanzado tal envergadura, que “una gran parte de las transferencias de divisas que permiten equilibrar nuestra balanza de pagos  es el fruto de los servicios sexuales que nuestras mujeres venden en el exterior” (ídem).  La otra fuente de divisas es el “boom” turístico que vive el país: los operadores turísticos no dudan en vender a la Dominicana como una “paraíso sexual”. Los balnearios destinados al turismo internacional son reputados “por el número impresionante de los prostituidos, mujeres, hombres y niños”. La prostitución infantil, continúan los participantes del congreso, “es cada vez más corriente en las playas dominicanas” (ídem).


La carne y la sangre de las mujeres, los niños y los hombres prostituidos en las playas dominicanas y en las calles de las ciudades europeas se ha convertido en un “factor macroeconómico” para “equilibrar la balanza de pagos” … es decir, para pagar la deuda externa dominicana a los grandes banqueros y especuladores internacionales. Así funciona el capitalismo.