Mujer

15/10/2009|1104

“Quedó perfectamente claro el rol de la Iglesia”

Entrevista a Guadalupe Soria Rivero, unas de las delegadas destacadas del movimiento de trabajadores autoconvocados de la salud de Tucumán, e impulsora del movimiento de trabajadoras autoconvocados.

– Estuviste en el taller cuya temática era la salud. ¿Qué conclusiones sacaron?

– Fue importante el debate, porque vimos que en otras provincias hay situaciones similares a las que atravesamos en Tucumán e incluso en otros países, pues en esa comisión había una delegación de Paraguay. En ese taller intervenimos seis compañeras delegadas autoconvocados de Tucumán, explicamos nuestra experiencia de lucha, los sacrificios que implica la lucha, la intransigencia del gobierno, pero confiamos en que con firmeza y con el apoyo solidario de otros trabajadores vamos a triunfar.

– Fuiste oradora en el acto de apoyo a los trabajadores de Terrabusi…

– Para mí fue una experiencia muy importante, con un salón repleto de compañeras que cantaban a favor de esa gran lucha. Realmente me emocioné, más aún al escuchar cómo se han organizado para llevar adelante la lucha, la extraordinaria solidaridad que ha despertado en todo el país. No pude entender por qué, en un momento dado, se insistió en que se bajaran las banderas, pero no me pareció correcto. En un momento sentí que debía transmitir el saludo y brevemente las experiencias de nuestra también gran lucha de los autoconvocados y humildemente, creo que lo pude hacer.

– Tuvieron los autoconvocados la oportunidad de encabezar la gran marcha.

– Sí, aunque tuvimos que dar una pelea política para poder hacerlo pues un sector se había puesto en la negativa no sólo de que estuviéramos entre los sectores que encabezábamos, sino incluso que desplegáramos el cartel que decía simplemente “Trabajadoras de la salud autoconvocadas”. Fue una marcha imponente como muy pocas veces se ha visto en Tucumán.

– Y al final fuiste oradora del acto que el Plenario de Trabajadoras y la Fuba realizaron frente a la Casa de Gobierno.

– Efectivamente, fue una tribuna compartida, en algún caso con sectores conocidos, porque el Plenario de Trabajadoras se hace presente siempre en la marchas de la salud, y en el caso de la Fuba, siempre nos informamos de su accionar solidario con las luchas populares y de los trabajadores.

– ¿Querés agregar algo más?

– Sí. Fue una experiencia extraordinaria ver como miles y miles de mujeres se organizan en la lucha por sus derechos. A una la llena de energía para continuar en la lucha. Por otro lado, fue también una extraordinaria experiencia comprobar los obstáculos que tenemos que superar para avanzar en nuestras luchas. Quedó perfectamente claro el rol de la Iglesia que jugó todos sus recursos para abortar el Encuentro, para difamar a las compañeras que sacrificadamente vinieron a Tucumán, armaron todo tipo de provocación acoplado al gobierno que prestó la policía para amparar todas esas provocaciones. Nuestro movimiento de trabajadoras autoconvocados es incipiente y tiene que superar estas limitaciones, pues el clero está metido en nuestra lucha, no sólo porque dirige la mediación con el gobierno, sino porque hay un sector de delegados y delegadas que representan los intereses del clero e hicieron lo imposible para impedir que nuestra lucha fuera al Encuentro a través de fuertes delegaciones de compañeras.