Mujer

22/10/2009|1105

“Quedó perfectamente claro el rol de la Iglesia”

Guadalupe Soria Rivero es una de las delegadas destacadas del movimiento de trabajadores autoconvocados de la salud de Tucumán e impulsora del movimiento de trabajadoras autoconvocados.

– Estuviste en el taller cuya temática era la salud. ¿Qué conclusiones sacaron?

– Fue importante el debate, porque vimos que en otras provincias hay situaciones similares, e incluso en otros países, pues en la comisión había una delegación de Paraguay. En ese taller intervenimos seis delegadas autoconvocadas de Tucumán, explicamos nuestra experiencia de lucha, los sacrificios que implica, la intransigencia del gobierno. Pero confiamos en que con firmeza y con el apoyo solidario de otros trabajadores vamos a triunfar.

– Fuiste oradora en el acto de apoyo a los trabajadores de Terrabusi…

– Para mí fue una experiencia muy importante, con un salón repleto de compañeras que cantaban a favor de esa gran lucha. Realmente me emocioné, más aun al escuchar cómo se han organizado para llevar adelante la lucha, la extraordinaria solidaridad que despierta en todo el país. No pude entender por qué, en un momento dado, se insistió en que se bajaran las banderas, pero no me pareció correcto. En un momento sentí que debía transmitir el saludo y, brevemente, también las experiencias de nuestra gran lucha de los autoconvocados. Humildemente, creo que lo pude hacer.

– Las autoconvocadas tuvieron la oportunidad de encabezar la gran marcha.

– Sí, aunque tuvimos que dar una pelea política para poder hacerlo. Un sector se había opuesto no sólo a que estuviéramos entre los sectores que encabezábamos, sino incluso que desplegáramos nuestra bandera, que sólo decía “Trabajadoras de la salud autoconvocadas”. Fue una marcha imponente como muy pocas veces se ha visto en Tucumán.

– También hablaste en el acto del Plenario de Trabajadoras frente a la Casa de Gobierno.

– Fue una tribuna compartida, en algún caso con sectores conocidos, porque el Plenario de Trabajadoras se hace presente siempre en las marchas de la salud.

– ¿Que te pareció el Encuentro?

– Fue una experiencia extraordinaria, a una la llena de  energía ver como miles y miles de mujeres se organizan en la lucha por sus derechos. Por otro lado, fue también una extraordinaria experiencia comprobar los obstáculos que tenemos que superar. Quedó perfectamente claro el rol de la Iglesia que jugó todos sus recursos para abortar el Encuentro, para difamar a las compañeras que sacrificadamente vinieron a Tucumán. Armaron todo tipo de provocaciones, acoplado al gobierno que prestó la policía para ampararles esas provocaciones. Nuestro movimiento de trabajadoras autoconvocadas es incipiente y tiene que superar estas limitaciones, pues el clero está metido en nuestra lucha, no sólo porque dirige la mediación con el gobierno, sino porque hay un sector de delegados y delegadas que representan los intereses del clero e hicieron lo imposible para impedir que nuestra lucha se conociera en el Encuentro a través de fuertes delegaciones de compañeras.