El 8 de febrero del año pasado, Gabriela Macías denunciaba a su ex pareja, Jorge Cruz, por violencia de género. El mismo, al momento de la denuncia, cumplía funciones en el municipio de Rio Gallegos como secretario de gobierno.

 

Cruz presentó finalmente la renuncia a su cargo hace algunos días, mientras la causa inicial por violencia de género en su contra, en el Juzgado de familia, sigue su curso, por lo que las organizaciones de mujeres han tomado su renuncia como un triunfo.

 

Desde el Plenario de Trabajadoras acompañamos a Gabriela durante este año de peregrinación por los juzgados en reclamo de justicia. Además, presentamos un proyecto de destitución del funcionario al Concejo Deliberante, pero el mismo fue cajoneado. Por su parte, nuestro bloque de diputados nacionales del Partido Obrero en el Frente de Izquierda hizo una presentación en octubre del año pasado, apoyando nuestro proyecto de destitución, entendiendo que una persona que cumple un rol de funcionario público no puede continuar en él mientras es investigado por una causa de violencia de género.

 

Durante un año de lucha, el funcionario y su entorno familiar intentaron, constantemente, desprestigiar a la víctima y a las organizaciones de mujeres.

 

En el transcurso de este año, también, Gabriela ha sufrido hostigamiento por parte de la fuerza policial, porque esta causa también desenmascaró el encubrimiento que ejerce la policía y la justicia cuando el investigado es también el que mueve los hilos.

 

No podemos dejar de denunciar el papel cobarde que cumplió el intendente municipal, Roberto Giubetich (UCR), al no separar de su cargo a un violento, dejando a las claras la connivencia del Estado en este entramado de violencia que tuvo como mayor víctima a Gabriela Macías.

 

En este año, ningún funcionario público, ni oficialista ni de la oposición ha salido a repudiar públicamente este hecho de violencia. Han hecho silencio de radio.

 

Desde el Plenario de Trabajadoras llamamos a todas las mujeres a denunciar los hechos de violencia y a luchar contra un Estado que la promueve y ampara.