Mujer

8/11/2007|1016

Rio Negro: Caso Anzaldo: Un triunfo de la movilización

El viernes 2 de noviembre, con la condena a 10 años de prisión efectiva y la inhibición de ejercer su profesión, se cerró en Cipolletti el primero de los juicios que deberá afrontar Carlos Anzaldo, el ginecólogo de Cinco Saltos acusado de numerosas violaciones y de abuso sexual en perjuicio de más de una veintena de jóvenes. Las chicas, alumnas suyas en el colegio secundario, eran citadas al consultorio del violador, el “profe piola” que les prometía atenderlas gratuitamente y luego abusaba de ellas.


Se trata de un enorme triunfo de la movilización popular, en primer lugar del puñado de docentes, familiares y amigos de las chicas violadas que formaron el Grupo de Apoyo que sacó a la luz los aberrantes abusos de Anzaldo y sostuvo la pelea en los Tribunales y en la movilización callejera, contra una enorme presión por parte del conjunto de los poderes del Estado.


Desde un primer momento tuvieron que enfrentar al conjunto de las instituciones del Estado, que se alinearon con el “doctor”, hombre estrechamente vinculado al poder político y socio del principal sanatorio de la localidad. Hasta el día de hoy la corporación médica “contribuye” al pago de los honorarios de sus abogados.


Las docentes que defendieron a sus alumnas abusadas debieron soportar un sistemático hostigamiento por parte del Consejo de Educación y de algunos de sus propios colegas. La propia dirección gremial de Unter Cinco Saltos, de la Celeste, colocó en un principio al abogado del gremio al servicio del “afiliado Anzaldo”.


La odisea de las chicas denunciantes no fue menor. Debieron soportar todo tipo de presiones y patoteadas, insultos y descalificaciones…


Antes de cada audiencia, toda la cuadra del Tribunal era vallada y más de un centenar de policías se encargaban de proteger al violador. Es que el juicio fue tomando una dimensión paradigmática. En el “caso Anzaldo” se sentaba también en el banquillo a un Estado cómplice, que desproteje a la juventud y defiende un orden social en el que los miembros de la clase poseedora tienen “derechos” negados al resto de la sociedad.


La lectura de la sentencia, realizada a puertas cerradas, fue seguida en la calle —detrás de las vallas- por centenares de personas. El Grupo de Apoyo de Cinco Saltos, militantes feministas, de derechos humanos, de organizaciones políticas de izquierda, estudiantes universitarios y secundarios, que festejamos junto a Jorgelina la condena del violador. Terminamos la jornada movilizándonos por el centro de Cipolletti.