Mujer

12/10/2018

Rosario: catequista acosador encubierto en el colegio católico La Salle

Valiente denuncia de las estudiantes

Un grupo de estudiantes de tercer año del conocido colegio católico La Salle, de Rosario, en una actitud de gran valentía, denunció esta semana haber sufrido reiterados actos de acoso e intimidaciones por parte de un catequista empleado por el colegio para dar clases de religión.


Las denuncias fueron presentadas por ellas y sus padres ante el Ministerio de Educación provincial, donde se entregaron numerosas pruebas de sus denuncias.



Las estudiantes demostraron que el catequista les mandaba mensajes y fotos inapropiadas a través de sus redes sociales. Les decía a las jóvenes que no contaran nada y que borraran los mensajes que les enviaba, invitándolas a salir.


"Me venía a buscar en los recreos para hablar, porque yo no le seguía la conversación y me decía que borrara todos los mensajes, que no hablara de él, que le oculte todo a todos", denunció una de las alumnas y agregó que le propuso ir a buscarla al colegio “para ir a su casa a tomar algo". Las denunciantes sostienen que son varias las estudiantes que sufrieron situaciones de acoso similares.


Colegios confesionales sin control


Este docente, quien se encuentra preventivamente separado de su actividad en el colegio, ya había sido denunciado por otra estudiante de primer año. La dirección del colegio, en conocimiento de la situación, solo lo cambió de curso, sin investigación alguna y desestimando la denuncia. 


Catequesis, al ser un área extracurricular, está bajo la órbita exclusiva de las direcciones clericales y los requisitos de 'idoneidad' quedan a su criterio, por fuera de cualquier control de las autoridades públicas. Tanto es así, que el 'docente' en cuestión no sería docente, sino que los directivos lo habilitaron a estar frente al aula con el sólo título secundario.



A la luz de las denuncias de las estudiantes, un empleado del colegio La Salle declaró, guardando el anonimato, que desde el 2010 se vienen encubriendo estos casos. Hay “una conducción nefasta, autoritaria, violenta que convalidó incluso relaciones íntimas de catequistas con estudiantes menores de edad”, dijo el empleado y destacó que “no tenían título docente pero estaban con los chicos y las chicas en las aulas dictando contenidos” y “era vox populi que incluso con algunas de ellas tenían relaciones” (La Capital, 12/10).



El encubrimiento llegó a tal punto que docentes del colegio fueran amedrentados por los directivos al denunciar este tipo de situaciones. "Durante años –añadió el empleado- hubo mucho miedo y silencio, con despidos de profesores muy valiosos que eran críticos y gente que terminó con problemas de salud por presiones y violencia psicológica”. 


También denunció que “el Ministerio de Educación sabía lo que pasaba en la escuela” y “los supervisores estaban al tanto por las denuncias de los docentes y recién ahora se instalan en la escuela a investigar”.


No a la tercerización educativa


Desde el Plenario de Trabajadoras brindamos todo nuestro apoyo y solidaridad a las jóvenes estudiantes y denunciamos el sistema perverso de encubrimiento de las autoridades del colegio católico.


Es responsabilidad del Estado y del Ministerio de Educación la política de permitir y potenciar la tercerización educativa en colegios confesionales, que imponen una ideología oscurantista y el sometimiento de las mujeres y la juventud.


En Rosario, los colegios religiosos “de renombre” como el La Salle o el San José, son fuertemente financiados por el Estado santafesino, sin ningún tipo de control. 


Reafirmamos nuestra lucha por la separación de la Iglesia y el Estado, como una medida elemental para terminar con el abuso eclesiástico.