Mujer

6/10/2017

Rosario: crece la trata de personas y la explotación sexual


En la ciudad de Rosario y departamentos aledaños como Pueblo Esther opera sin complicaciones el tráfico de mujeres y niñas, íntimamente vinculado con la prostitución y el narcotráfico. Este negociado, de los más rentables en el mundo, encuentra amparo en el gobierno santafesino del Frente Progresista y cuenta con la activa participación de la policía y funcionarios públicos.


 


Hace no más de dos semanas, cuatro mujeres fueron víctimas de una red de trata y “rescatadas” en el marco de tres allanamientos que se desarrollaban en la ciudad de Rosario, Villa Gobernador Gálvez y Fighiera. El operativo fue llevado adelante por efectivos de la Agencia de Investigación sobre Trata de Personas y Violencia de Género de la Policía de Investigaciones (PDI). Las cuatro mujeres de entre 25 y 30 años fueron “rescatadas” tras el allanamiento en el privado ubicado en calle Saavedra. Las mujeres fueron asistidas por un gabinete interdisciplinario del Ministerio Público de la Acusación.


 


En pleno centro


 


En la zona céntrica de la ciudad rosarina su funcionamiento es notable. Empezando por la zona de la terminal de colectivos, zona de Sandra Cabrera (dirigente de la Asociación de Meretrices asesinada en 2004) y jurisdicción a cargo de la comisaría séptima, que le arrebató la vida por denunciar que prostituían a pibas de doce años y el hostigamiento constante, de la policía que las usaba como mulas para la venta de droga.  


 


Hoy ese entramado sigue intacto y monitoreado por la descompuesta policía santafesina de la Séptima. En la zona se puede ver a mujeres ecuatorianas, dominicanas, bolivianas, paraguayas y santafesinas  que han sido captadas y se encuentran situación de prostitución en las pequeñas casitas que rodean la terminal. Son blanco del constante abuso policial, obligadas a pagar abultadas coimas y vender droga.  


 


En el  microcentro rosarino se repite el mismo operativo donde se ven circular a mujeres de día y de noche en situación de prostitución bajo los efectos de estupefacientes y la supervisión de cafishos. Paradas en las esquinas de la calle durante varias horas sin importar tiempos climáticos y encontrándose expuestas a todo tipo de violencias y abusos policiales. La decisión de aquellas mujeres de los barrios populosos de la ciudad a prostituirse, son decisiones coaccionadas, producto de la carestía de vida y la miseria social (es decir, lejos está de ser decisiones autónomas).


 


Frecuentemente se puede ver a la policía por la zona levantando coimas en los moteles. Los mismos cuentan con el respaldo del municipio, pese a que en 2013 el concejo votó prohibir los cabarets y las whiskerías bajo el argumento de ponerle fin a la trata y la explotación sexual. Recordemos el escándalo del año pasado donde 7 de los más frecuentados hoteles de Rosario, entre ellos el Holiday Inn, eran allanados por la Agencia de Trata de la ciudad donde operaba una red de prostitución.  La realidad es que hoy esas actividades se encuentran enquistadas en la ciudad y en la provincia. Son más de setecientas las mujeres que se encuentran en situación de prostitución en la ciudad. Esta realidad deja en evidencia que sin la activa participación del Estado este negocio no se podría desarrollar.


 


En los departamentos aledaños de Rosario, como Pueblo Esther, funciona el circuito de la soja. Hay grandes zona liberadas donde tiene vida el narcotráfico,  la trata de personas y la explotación. En los últimos 3 años, en Pueblo Esther,  26 mujeres fueron “rescatadas” del antro nocturno “El Negro Olmedo” ubicado en la ruta 21. Todas de orígenes humildes que bajo el engaño de ofertas laborales fueron captadas y obligadas a prostituirse. Las clausuras del antro ejecutadas por la policía siempre fueron de carácter testimonial, al igual que los supuesto “rescates”, no se conocen noticias de ayudas por parte del Estado para con esas mujeres que han sido totalmente vulneradas,  ni tampoco sus paraderos. Mientras que las redes de trata y explotación cuentan con la anuencia total del Estado.


 


Cómo frenar las redes de trata


 


Vamos a ponerle fin a este cuadro que vulnera a las mujeres de la región  mediante la lucha en las calles, desarmando al régimen estatal de complicidades que compromete a todo el andamiaje de poder. Policías, justicia y funcionarios de todos los niveles. Solo por el camino de la movilización popular  vamos a poder terminar con el régimen estatal que la sostiene y dar fin a las redes de trata y explotación que desaparecen a cientos de pibas en todo el país como es el caso de Rosalía Jara en el norte santafesino.