Mujer

18/7/2013|1277

Salta: Derrota del Proyecto Pro Vida

El proyecto reaccionario que pretendía declarar a Salta Ciudad Pro Vida, prohibir la distribución de la píldora del día después y subsidiar a la mujer violada para que continúe con el embarazo producto de la violación, fue derrotado.


Con el apoyo de una importante movilización de organizaciones de mujeres y referentes feministas, el proyecto fue rechazado por trece votos, con sólo cinco a favor y enviado a archivo -moción de los concejales del Partido Obrero.


El autor del proyecto -Tonini, un concejal que responde a Romero- intentó a último momento posponer el debate para después de las elecciones, para ocultar el carácter reaccionario de esta fuerza política -la que ahora simula estar con las causas populares, aunque en los doce años que gobernó no dejó lucha sin reprimir. El PJ oficial rechazó el proyecto, aunque sus voceros aclararon que no están a favor del aborto legal.


La mayor contradicción se expresó en el frente centroizquierdista Unión por la República (UCR, PS, Libres del Sur, Propuesta Salteña), que "descubrió" que una de sus organizaciones -Propuesta- era firmante del Pro Vida y que se había declarado partidario de limitar los derechos de las mujeres para que no caigan en libertinajes. Uno de sus referentes -Biella, médico y candidato a senador por este frente- está incluso en contra del fallo de la Corte Suprema sobre el aborto no punible.


El obispo Dante Bernaqui repudió el rechazo del proyecto, luego de una campaña furibunda a lo largo de dos meses, en los que se llamó en las misas a firmar un petitorio a favor del proyecto.


La Justicia clerical


Sin dejar tiempo para celebrar la victoria, la Corte de Justicia respondió con dos fallos vergonzosos.


Antes de la feria, resolvió un amparo contra el dictado de religión y los ritos en las escuelas, refrendó la entrega de la educación pública a la Iglesia y rechazó el amparo de los padres aduciendo que los niños tienen derecho a recibir religión y a rezar -no colectivamente, pero sí durante el dictado de la materia religión. Los padres no católicos deben comunicar a qué religión pertenecen si no quieren que sus hijos participen. El Estado debe garantizar, además, otro contenido para esos niños, como ser historia de las religiones.


El fallo pretende basarse en que los católicos son mayoría y la población participa masivamente en la procesión del Milagro. No se detiene en los datos de la pavorosa realidad social de Salta -provincia que está a la cabeza de los indicadores de maternidad adolescente causada, entre otros factores, por la ausencia de una educación sexual científica en las escuelas, la cual ha sido vetada por el oscurantismo religioso.


El Estado le reconoce a la Iglesia, partícipe del genocidio, el mérito de ser formadora de valores.


El otro fallo que resolvió la corte es el pedido de inconstitucionalidad del decreto 1170/12 que reglamenta la aplicación del fallo de aborto no punible. El argumento de peso para este veredicto fue que tratan de evitar "los casos falsos de violación". El protocolo establece que la mujer debe ponerse bajo la tutela del ministerio público, algo que sólo corresponde para las discapacitadas o menores de edad -en definitiva, el protocolo del joven gobernador fue diseñado para poner las trabas que el fallo de la Corte de la Nación dice que no hay que poner. La ministra de Derechos Humanos ha dicho que harán lo posible para que la mujer "reflexione" sobre la decisión de abortar.


Estos fallos deben interpretarse en el marco del poder casi absoluto que le otorgó Urtubey a la Iglesia católica, la cual ha venido manejando en los hechos el Ministerio de Educación de la provincia de Salta, la salud y la Justicia. El gobernador confía en la regimentación de la Iglesia sobre una población golpeada por la pobreza estructural, recreada por un gobierno que gerencia el saqueo del trabajo y de los recursos naturales por un puñado de capitalistas.


Es necesario poner en debate la separación de la Iglesia del Estado. En esta campaña electoral vamos con toda la autoridad a disputar el voto de los trabajadores para llevar al Congreso nacional a la izquierda que da pelea contra todas las formas del ajuste y el oscurantismo.