La noticia conmocionó a la Comunidad Originaria Pluma de Pato, del Departamento Rivadavia. La niña Pamela Julia Flores de 12 años era buscada por sus familiares luego de ausentarse varias horas. Hasta el momento hay un detenido menor de edad, quien en los últimos meses estableció una relación sentimental con Pamela.

Apenas conocida la noticia, los caciques de diversas comunidades de la zona reclamaron a las autoridades de los municipios y de la provincia que no son escuchados en sus pedidos de seguridad.

El cruce de la ruta 81 que va a Formosa es una zona liberada, foco de ventas de drogas, alcohol, incluso tienen denuncias de camioneros que le ofrecen dinero a las niñas para abusar de ellas. Las autoridades están al tanto de la situación y nunca se tomó ninguna medida. Por esto y porque el cuerpo fue hallado en esa zona, algunos piensan que personas vinculadas al narcotráfico serían los responsables.

Desde el año pasado, las mujeres de la Misión Carboncito realizan movilizaciones en las comunidades denunciando que hay comerciantes inescrupulosos que les quitan el dinero a los niños cuando van a comprar y le dan un vino. Cuando ellas reclaman son amenazadas, incluso, cuando quieren hacer la denuncia, los policías les dicen que no hay delito y solo les toman una exposición. El alcoholismo y las drogas, tipo pasta base, hacen estragos en adolescentes y jóvenes.

El año pasado hubo otro femicidio similar en la comunidad Misión La Loma 2 cerca de Embarcación. Nancy Villa, de 14 años, fue apuñalada por un joven que decía ser su expareja en un confuso episodio de violencia e ingesta de alcohol. Aquella vez se unieron varios caciques en el reclamo al gobierno, porque se ven superados por la problemática y consideran que es el Estado quien lo debe resolver.

Reciben el mismo desprecio cuando quieren radicar denuncias de violencia de género, o de acoso, hasta les dicen “quién le va a decir un piropo a una india”. Lo real es que los casos de chineo (violación en banda) son moneda corriente y los acosos en su gran mayoría se concretan en abusos.

 

Por estos días, varias comunidades originarias están en distintas luchas. En San Martín hay piquetes porque desde principio de año están sin agua y sin médicos, en Rivadavia también, además de pedir que el Estado apague los incendios forestales que afectan a sus comunidades. En La Puntana reclaman por la muerte de una parturienta de 18 años por las demoras en la atención en el hospital de Tartagal. Ahora se suma el femicidio de Pamela.

Sáenz, como continuador del régimen oligárquico que gobierna Salta hace décadas, es el responsable de todas las penurias que sufren las comunidades, expulsadas de sus tierras y sometidas a la extrema pobreza, presas de delincuentes que introducen a los jóvenes desde la niñez en el alcoholismo y las drogas y responsable del sufrimiento de todas las mujeres y nuestras infancias.

El año pasado hubo 14 femicidios en Salta, dos de ellos cometidos por hombres muy jóvenes. La necesidad de la ESI se plantea también para abordar la violencia de género, pero a las comunidades originarias solo les llega el olvido.

Justicia para Pamela. Cárcel a los responsables materiales y a los responsables políticos de esta barbarie. Organización independiente para reclamar la inmediata detención y cárcel de los dealers que ingresan a las comunidades.