A días del tratamiento de la ley del aborto legal en el senado, los celestes emprendieron una persecución a los legisladores “indecisos” en todas las provincias. Lo más gracioso es que lo hacen con el argumento de que rechazan la presión política de los kirchneristas y las pañuelos verdes.

Así lo están haciendo con el senador Sergio “Oso” Leavy, que al momento de tratarse la ley en diputados, dijo que su voto será igual que el 2018 cuando era diputado nacional, en contra. Pero luego de la reunión que tuvo con Fernández, dijo que lo está analizando. Fue la declaración de guerra de los celestes. Aficharon la ciudad de Salta con la cara de Leavy. Un canal de TV, que se dice a favor de la vida, se apostó frente al domicilio para exigir que cumpla con sus electores, que lo votaron para que defienda las dos vidas.

Si Leavy la está pensando, es porque sabe que detrás de la ola verde hay una demanda social muy sentida, y porque además, hace el ridículo cada vez que intenta usar el argumento de la vida mientras en el Departamento San Martín, de dónde es Leavy, las vidas se mueren de desnutrición infantil todos los años. Son los niños de las comunidades originarias.

Por su parte las organizaciones de mujeres K, hicieron público un pedido para que Leavy vote la ley a favor, con una fuerte expectativa de que los Fernández – Fernández disciplinen a la tropa. En ese sentido, a pesar de los flyers y movidas que se están preparando en todas las provincias, relegan la fuerza de la marea verde a un segundo plano, y a que el resultado de la votación sea producto de la negociación, sobre todo de Cristina con los senadores.

Lo cierto es que las maniobras para aprobar la ley apuntan a devaluar aún más el proyecto, incluso se habla de modificaciones que haría que el mismo vuelva a la cámara de diputados. Los sectores celestes no quieren ninguna negociación de nada, quieren que se rechace y punto, como en el 2018. No son la expresión de grupo de gente fundamentalista religiosa solamente, son el canal por donde se expresa la oligarquía reaccionaria que rechaza la autonomía de la mujer para decidir sobre su vida y sobre todo rechaza que las mujeres expresen públicamente sus opresiones, como ocurre con la marea verde.

Tenemos que apoyarnos en nuestras propias fuerzas, la ola verde debe multiplicarse y el 29D ser millones en las calles. Si Leavy vota a favor, será porque fue obligado por una realidad social que le pasa por encima, no por un lobby ajeno a los intereses populares.

¡Será ley!