Mujer

28/12/2014|1346

Salta: otra mujer muerta por aborto clandestino

Mientras el Senado rechaza tratar el protocolo de aborto no punible

Senadora Partido Obrero de Salta


Desde el mes de Mayo, la bancada del Partido Obrero en el Senado, viene insistiendo para que se trate el Proyecto que deja sin efecto el Decreto 1170 de Urtubey y el protocolo de acción para los casos de aborto no punible, que violan el Art. 86 del Código Penal, ratificado por el Fallo de la Corte de Justicia de la Nación. Ambos, no permiten que una mujer violada  pueda interrumpir su embarazo, si así lo desea, o que lo hagan aquellas mujeres cuya vida corre peligro si éste continuara.




Los senadores, tanto del oficialismo como de la oposición, vienen rechazando el tratamiento, lo que volvió a repetirse en la última sesión del año, a pesar de haber ingresado un pedido formal de Amnistía Internacional, el CELS y la organización Católicas por el Derecho a Decidir, apoyando nuestro proyecto.




Era de esperar esta conducta, ya que los miembros del Senado fueron quienes absolvieron,  en el Jury de Enjuiciamiento, al juez Soria y a la defensora Flores Larsen, funcionarios del poder Judicial que negaron  el derecho al aborto no punible a una niña violada y embarazada por el padrastro.




En la misma sesión, los senadores rechazaron también el tratamiento de nuestro Proyecto de Ley de Elección de los jueces que serán designados en los nuevos juzgados de Violencia de Género. El proyecto del Partido Obrero introduce una reforma en la Constitución Provincial que permite la elección de los jueces en forma directa por la población. Y la novedad es que los mismos sean votados exclusivamente por el padrón femenino de la provincia, de manera de promover la intervención de quienes serán las directas perjudicadas en caso de continuar la camarilla oscurantista que hoy actúa en los Juzgados de Familia.




Mientras tanto, otra mujer, Laura Varoni, víctima de violencia familiar, falleció por un aborto clandestino, dejando 4 niños huérfanos. Había ingresado  al Hospital Materno Infantil con una septicemia, como muchas mujeres que se ven obligadas a interrumpir su embarazo, realizándose abortos en la clandestinidad y en las peores condiciones sanitarias.




Esta muerte denuncia la inexistencia de una política de prevención de embarazos  no deseados y la violencia a la que es sometida la mujer. Y pone nuevamente en discusión la responsabilidad del gobierno provincial con respecto a este tema.




En la misma semana también fue noticia en las redes sociales las fotos de una madre de 14 años agredida brutalmente con un arma blanca por su pareja. Ella compone el 22% de madres menores de 16 años y las más de 100.000 denuncias anuales de violencia de género. Acuciado por las cifras, Salud Pública anunció la implementación del anticonceptivo (implante sub dérmico) para las jóvenes menores, de entre 15 a 19 años, en los hospitales y centros de salud públicos (en el hospital de Orán se aplicará desde los 12 años). 




La realidad plantea como una necesidad urgente la enseñanza de Educación Sexual científica y laica en las escuelas; anticonceptivos para no abortar y el aborto legal para no morir. 




Pero también la separación de la Iglesia del Estado. Las consecuencias de su intervención en la Educación, en la Salud y en la Justicia son nefastas para la población salteña, cristalizando el atraso y el conservadurismo, de los cuales la violencia a la mujer es la expresión visible. Pero en la vida cotidiana, todavía el marido cumple el rol de disciplinamiento y tutela de la mujer en la familia. Por eso el Estado no interviene cuando la mujer es golpeada. También le niega el derecho a interrumpir su embarazo y la obliga a parir, aun cuando es producto de una violación y si, aborta clandestinamente, su destino puede ser la cárcel o la muerte.

Cambiar este destino miserable para las mujeres es construir una alternativa independiente que termine con el régimen de opresión de los K, Urtubey, Romero, PRS, y toda variante patronal que viene gobernando desde siempre Salta. Esta es la tarea que se propone el Partido Obrero.