Mujer

3/11/2021

Salta: una víctima de violencia de género fue abusada por la propia consigna policial

El policía tenía antecedentes por violencia de género.

Ante un caso grave de violencia física y amenazas de muerte se le asignó una consigna policial a una mujer en barrio Floresta de la ciudad de Salta, pero el policía que debía custodiarla terminó abusando de ella. Días después se supo que ese efectivo, Alberto Martínez, tenía una denuncia de violencia de genero de su pareja en el 2017, estuvo suspendido, pero el departamento de Asuntos Internos consideró que estaba en condiciones de reincorporarse.

Cuando los medios de comunicación preguntaron al jefe de policía por esta situación respondió que cuando solicitan una consigna se envía al que está disponible en la comisaría, por eso no revisaron los antecedentes de Martínez.

Según relató la mujer, el hecho sucedió luego de que sus familiares se retiraran y ella se fuera a dormir. De pronto el policía ingresó al dormitorio sin ropas, le puso el arma en la almohada al lado de la cabeza, se recostó a su lado y la sometió a manoseos. La mujer le pedía que se detenga, hasta que en ese momento llegó el patrullero y salió corriendo a pedir ayuda.

La escena fue tan grosera que el agente salió todavía vistiéndose del domicilio, por lo que no les quedó otra que retirarle el arma y detenerlo. El fiscal penal 1 de la Unidad de Delitos contra la Integridad Sexual, Sergio Federico Obeid, imputó a Alberto Rubén Martínez como autor del delito de abuso sexual simple agravado por ser personal perteneciente a las fuerzas de seguridad en ocasión de sus funciones.

La víctima dice que ahora tiene más miedo que antes, a su expareja y al policía que la abusó, porque seguramente no le den prisión efectiva.

En Salta estamos en un retroceso muy delicado. Tenemosoficinas específicas, fiscalías, leyes, dispositivos electrónicos y estamos con las cifras más altas del país en cuento a femicidios y cantidad de denuncias.

Desde nuestra organización de mujeres, el Plenario de Trabajadoras, venimos pidiendo que la consigna policial debe ser asignada al violento y no a la mujer denunciante. La práctica indica que es invasivo, no puede trabajar, se siente presa en su propia casa, peor aún si la vivienda es precaria y prácticamente tiene que convivir con un policía. Ahora tenemos un caso que sobrepasa todo.

Sobre esto nuevamente aparece la demagogia. Los diputados y senadores oficialistas aprobaron una ley que establece que la consigna sea para el violento, cuando ya hay antecedentes judiciales de este tipo y si los jueces no lo hacen es porque son parte de una Justicia misógina.

El problema es el régimen político. Hay una continuidad desde el gobierno de Romero, Urtubey y Sáenz, que convirtieron a Salta en una provincia dominada por mafias, con una policía cada vez más descompuesta y entrelazada con el delito. Con un personal así no existe tarea que hagan bien, salvo reprimir al pueblo.

Pero la policía no se manda sola, sino que tiene una dirección política. Hasta hace unos días el ministro de Seguridad era Pulleiro, un exmilico negacioncita de la dictadura que renunció por los duros cuestionamientos justamente por un femicidio. Éste rechazaba los pedidos de consigna policial para los casos de violencia de género con el argumento de que los necesitaba para patrullar, y así fue que le retiraron la consigna a Agustina Cruz y fue asesinada cuando iba al colegio. A la vez se sucedieron varios crímenes mafiosos vinculados al narcotráfico.

Ahora asumió como nuevo ministro Abel Cornejo, el exjuez federal. Aunque muchos simulen no acordarse de sus antecedentes, es un hombre que sirvió al régimen de Romero para imponer un brutal ajuste contra un pueblo, incluso derivando en puebladas. Las represiones que ordenó Cornejo quizás sean de las más sangrientas de los últimos años. Obviamente la policía será el reflejo de esa política.

Insistimos con nuestro reclamo de crear un Concejo Autónomo de la Mujer, independiente de los gobiernos, electo y revocable por las propias mujeres, no solo porque necesitamos medidas de protección inmediatas sino también para fortalecer a la mujer contra el Estado responsable de este flagelo.