Desde el 22 de mayo Analía y Rocío buscan a su mama, Marcela López Frey, en Río Gallegos, quien salió un día de su hogar para no regresar. Desde ese mismo día sus hijas empezaron a difundir en las redes sociales su fotografía para dar con ella con la plena conciencia de que su mamá nunca se ausentaba tanto tiempo y sin dar ninguna señal a través de mensajes. Apenas unas horas después de su desaparición pudieron acceder a filmaciones de cámaras de seguridad que usaron para seguir un rastro de lugares por los que anduvo.

La primera hipótesis que manejaron las fuerzas de seguridad y los organismos a cargo de la búsqueda de personas es la de un suicidio, por haber encontrado prendas de ropa de ella en la costanera local que estaban bien acomodadas. Los primeros días la presión de la familia llevó a que se busque intensamente por esos lugares, sin embargo no hallaron nada, lo que puso en duda lo que se pensó inicialmente sobre el paradero de Marcela y se abrieron nuevas posibilidades de encontrarla con vida.

La familia de Marcela ha transcurrido varios meses buscándola, aportando todo tipo de pruebas y líneas de investigación para la justicia, ya sea con cámaras de seguridad, testigos e incluso pagaron un perito privado con un perro rastreador busca personas; de hecho, es uno de los adiestradores que estuvo también en la investigación de la búsqueda de Facundo Astudillo, caso en el que encontrar dos manchas de sangre en un patrullero fueron claves para saber su paradero.

En este caso, las hijas de Marcela se han encontrado con una serie de trabas por parte de la justicia, que limitó en todo momento la búsqueda, sin tomar otras hipótesis ni tener en cuenta lo encontrado por el perito privado Marcos Herrero, como restos óseos humanos (un maxilar) en el patio de José Luis Balado, la expareja de Marcela. También se peritó la chacra de Balado, donde aparentemente se habría encontrado una tibia humana, lo cual confirmó el perito porque el perro está entrenado para buscar restos humanos. A estas pruebas también se le sumaron que en la casa de Balado -donde el perro insistía para entrar- se halló una caja en un gallinero con un llavero verde que tenía las iniciales “LM”, dos llaves y un mechón de pelo similar al de Marcela. Todos estos datos fueron aportados por las hijas, quienes fueron parte en todo momento de la investigación.

El caso tomo mayor relevancia en los medios de comunicación a nivel nacional e incluso en el país vecino Chile, ya que Marcela tiene familiares que replicaron la denuncia de su desaparición. A los restos humanos hallados se le suma que en una de las casas de Balado se encontraron cajas con dólares, los cuales fueron vistas por las hijas de Marcela y por el adiestrador de los perros Marcos Herrero. Este dato en particular es sobre el cual llamaron la atención el abogado Jorge Trevotich y la familia, porque empiezan aparecer vinculaciones con el poder político, ya que el sobrino de Balado es el administrador de las propiedades de Máximo y Florencia Kirchner y militante de La Cámpora.

Desde el Plenario de Trabajadoras y el Partido Obrero exigimos a la justicia que se tome en consideración los aportes recopilados por  la familia de Marcela y que se investigue a quienes pueden estar vinculados con su desaparición.