Después de una jornada emblemática en la cual centenares de miles de personas colmamos Plaza de Mayo para exigir la aparición con vida de Santiago Maldonado y la renuncia de Patricia Bullrich, realizamos en el local del Partido Obrero de Paternal la proyección de la película “La cena blanca de Romina”, producción del Ojo Obrero referida al caso de Romina Tejerina.

 

Para el cine-debate contamos, además, con la presencia de Olga Viglieca, su guionista. Pero, fundamentalmente, la proyección de la película tuvo como eje un importante lanzamiento: la primera actividad financiera para las compañeras que viajan al Encuentro Nacional de Mujeres en Chaco a dar una batalla política de características excepcionales.

 

Mientras unas bondiolas se hacían en la parrilla, ya habíamos puesto play a la película. Los comentarios mientras iban sucediendo los testimonios de la película eran inevitables. Esta estaba despertando, en los 60 espectadores, debates y posiciones sobre un caso testigo en el terreno del movimiento de mujeres.

 

El debate arrancó por lo más evidente: la necesidad de legalizar el aborto. No sólo en caso de violaciones, sino en cualquier circunstancia en que una mujer lo elija.

En este punto, Olga dio una clase magistral sobre la lucha de las mujeres, que abarcó un recorrido histórico y afirmó que negar la existencia del aborto sería negar la existencia del sol o de la luna. Hay, entonces, dos posiciones: los que quieren el aborto legal, por un lado, y los que quieren que siga siendo clandestino, por otro.

El debate continuó en torno de aquel pueblo católico y homogéneo que narra la película. Allí, donde las chicas son juzgadas por el Estado, por la Iglesia y por todos los vecinos. Donde ser Romina es la regla y no la excepción.

 

Luego de atravesar la experiencia de cómo todo un pueblo y la Justicia atacan violentamente a una chica de 17 años que fue víctima de una violación, mientras el abusador sigue libre, la familia de Romina hizo un proceso maratónico de comprensión política. El padre ya no fue más violento, la Iglesia no fue más palabra santa, visualizaron los abusos de hombres a mujeres y, por fin, el rol cómplice del Estado y de la Justicia.

 

Otro punto un poco más fino que se coló en el debate tuvo que ver con la paridad de género en las listas para cargos públicos. En el film, el intendente del pueblo es quien dice que, en realidad, a él le gusta trabajar más con mujeres que con hombres. Que en realidad él tiene más mujeres que hombres a su cargo, que no sabe cómo hacen para hacer recorridas por todos los barrios, además de atender al marido y las cosas de la casa. Son más fieles políticamente, dice.

 

Es este mismo hombre quien, a su vez, niega la existencia de violaciones y avala todo tipo de abuso, “porque el amor es así, porque las chicas no son tontas”. En el debate, esto demuestra que el ingreso de más mujeres en los cargos no está sujeto al ingreso del programa de las mujeres. La paridad de género en las listas y cargos públicos fue concebida por el propio régimen para propulsar un igualitarismo reaccionario, donde lo que se busca es que las mujeres lleven a cabo el ajuste, la precarización, y el sometimiento de toda la clase obrera, y no los reclamos por aborto legal, seguro y gratuito, contra los femicidios, y todo tipo de violencia

contra las mujeres, y la separación de la Iglesia del Estado.

 

El documental refleja y saca a la luz todos los debates que nos caben como movimiento de mujeres en lucha y de toda la clase obrera y la juventud.

 

A colocar todos los debates, a reclamar nuestros derechos en todos los ámbitos, es que vamos al Encuentro Nacional de Mujeres en Chaco. Invitamos a todas las que quieran viajar a acercarse al Plenario de Trabajadoras (PDT) y a todos los que quieran contribuir a colaborar con la financiación de este viaje.