Mujer

27/1/2021

La lucha por justicia para una joven trabajadora abusada sexualmente por su empleador

Hoy acompañamos la concentración en Paso 693 para pedir justicia

El fin de semana pasado, una joven de 18 años denunció que fue abusada sexualmente por el dueño de un local de ambos y uniformes para trabajadores de la salud ubicado en la calle Paso al 600.

En la denuncia, ya radicada en la comisaría del barrio de Once en Lavalle al 1900, la víctima joven relata su incomodidad desde un primer momento. Saber si tenía pareja, si estaba soltera o tenía hijos habían sido preguntas constantes e insistentes por parte del empleador en el proceso de selección y mantenía alerta a la familia de la chica el primer día de trabajo. La jornada laboral transcurrió con normalidad hasta el cierre en donde el dueño la lleva a un cuarto separado y le ofrece un vaso de agua. Rápidamente y ante síntomas extraños, se comunica con la mamá diciéndole que la habían drogado. Una vez que la policía llegó se comprueba que había sido drogada con psicofármacos y abusada sexualmente; sin embargo, pese a esto y a la denuncia, la jueza Karina Zucconi lo imputó por el delito de abuso sexual simple pero le concedió la libertad.

Este no es el primer caso de violación en una entrevista de trabajo o en el ámbito laboral. El sometimiento y la violencia en todas sus formas ejercida por empleadores contra las trabajadoras tiene el aval de un Estado que, a su vez, perpetúa condiciones de trabajo y salariales desiguales para las mujeres al mismo tiempo que no acciona para evitar que la violencia sea parte de esas condiciones. Las burocracias sindicales se contentan con protocolos contra la violencia de género que no se han demostrado efectivos para evitar maltratos ni abusos y justifican largar jornadas de explotación en el gremio de Comercio a cambio de salarios por debajo de canasta básica.

Todo esto en un contexto en que la violencia, la precarización y la informalidad son situaciones que atraviesan de lleno a una juventud golpeada por el ajuste. La situación de las personas migrantes que buscan un trabajo para subsistir se enmarca en esta realidad.

El caso de la joven venezolana de 18 años forma parte de un eslabón de violencias a las cuales las mujeres somos sometidas diariamente y que se encuentra en ascenso, con abusos y cosificación. El resultado más aberrante de esta violencia cotidiana es un aumento de los casos de femicidios en lo que va del año, con un promedio de uno cada 22hs.

La lucha contra la violencia en los lugares de trabajo y la precarización laboral están mas vigentes que nunca. Es imperioso avanzar en la organización y movilización para reclamar por justicia y acabar con la violencia contra las mujeres.

Desde el Plenario de Trabajadoras acompañaremos la movilización de este jueves 10:30hs en Paso 693 para exigir justicia.