Mujer

15/10/2009|1104

Una muerta más por aborto clandestino

¡Decimos basta! Plenario de Trabajadoras

El sábado 10 de octubre, mientras se desarrollaba el XXIV Encuentro Nacional de Mujeres, murió María Raquel Díaz, piba cordobesa que residía en Rosario (Cadena 3), de 21 años y mamá de dos criaturas, víctima de la práctica de un aborto en la ilegalidad, que presionada por la desesperación decidió realizarse.

¡Asesinos! ¡Asesinos!, no nos cansamos de decirlo. El Estado y la Iglesia son los asesinos de estas mujeres, a las que impiden que accedan a la educación sexual, retiran la entrega de anticonceptivos en la salud pública, sumen en situación de desocupación, precarización, salarios menores que el nivel de pobreza, expuestas a despidos por embarazos y encima mantienen en la ilegalidad la práctica del aborto.

María Raquel es una de las miles que mueren. “Según el jefe de la Unidad de Terapia Intensiva de la Maternidad Ramón Sardá, José Luis Golubcki, en el país se realizan unos 600 mil abortos clandestinos al año y entre 2.100 y 2.400 terminan con la muerte de la paciente” (Cadena 3, 12/10).

Quienes desde hace años, concientes de esta tragedia, venimos luchando contra esta situación y por el aborto legal, reafirmamos todos los días la necesidad de denunciar a los responsables, porque es a ellos quienes tenemos que dirigir nuestro reclamo, es a ellos a quienes les decimos: ¡Basta!

Mientras Raquel moría, los talleres sobre Derecho al Aborto, del XXIV Encuentro Nacional de Mujeres en Tucumán, eran copados por cientos de enviadas del obispo Villalba a impedir que avance el debate sobre estos temas y a plantear: “si te morís, jodete”, “hay que cerrar las piernas”, y “hay que repudiar a los que entregan anticonceptivos gratuitos”; además, mantuvieron a sus matones rodeando la escuela e intentaron entrar en dos ocasiones, con policía incluida.

Las maniobras y patoteadas de éstas y estos enemigos de las mujeres continuaron durante todo el desarrollo del Encuentro.

El Plenario de Trabajadoras, presente en el Encuentro, junto a mujeres de otras organizaciones, dio una dura batalla por expulsarlas y garantizar el avance sobre estos temas. “No podríamos sentarnos con un pedófilo a dialogar en el taller sobre violencia y abuso sexual infantil”.

El caso –conocido– de María Raquel nos muestra que tenemos que redoblar nuestros esfuerzos en la lucha, sin vacilaciones, organizar más y más mujeres que digamos: ¡Basta! Por ella y por las miles de mujeres que mueren cada año. Por los miles de hijos que quedaron sin sus mamás… ¡Basta!

Por educación sexual, laica y científica. Por anticonceptivos gratuitos en todos los hospitales y dispensarios. Por el aborto legal, seguro y gratuito.