Mujer

15/10/2018

Una vez más, la burocracia y la Iglesia juntas contra las mujeres

La secretaría de ´derechos humanos´ de la CGT convoca a la presentación de un libro contra el aborto legal

La secretaría de Derechos Humanos de la CGT, encabezada por Julio Piumato (judiciales), organiza para el próximo 16 de octubre, en la sede de Azopardo, la presentación de un libro escrito por la Iglesia Católica donde se daría cuenta la "lucha" de los sectores anti-derechos contra la ´ola verde´ que copó las calles, los colegios y los lugares de trabajo en favor del derecho a decidir que asiste a las mujeres y personas gestantes. De la presentación, serán partícipes los autores y el Padre Pepe, quien no tuvo tapujos en comparar la IVE con el nazismo y con la política de ajuste del FMI.


Piumato, la verdadera cara de la CGT y toda la burocracia sindical


Durante la lucha por la aprobación de la ley de IVE, el movimiento de mujeres no solo tuvo que enfrentar al Estado y a la Iglesia Católica secundada de evangelistas y otros, sino también a la burocracia sindical de la CGT que ni bien se obtuvo la media sanción favorable en Diputados salió a dejar en claro que las obras sociales de los sindicatos no se iban a hacer cargo de los abortos legales de sus afiliadas. El movimiento de mujeres no lo dejó pasar y se organizó para ir a interpelar a la propia CGT. En aquella oportunidad, frente a la presión de las compañeras, una mujer del aparato cegetista aclaró que la versión que circulaba en la relación a una postura anti-derechos de la CGT no era cierta.


Con la presentación del presente libro en la propia sede de la CGT con la Iglesia que se puso a la cabeza del apriete a legisladores y senadores para mantener en pie el oscurantismo y la opresión a la mujer, queda claro cuál es la verdadera postura de la central obrera en relación a las reivindicaciones de las mujeres trabajadoras.



Si bien Piumato ha llegado a la secretaría de Derechos Humanos como parte del moyanismo, hoy defiende la participación del sindicato de Judiciales (UEJN) en la conducción de la CGT, incluso después de la renuncia de Schmid. Intenta tener un juego propio a partir de presentarse como un lobista judicial para la burocracia sindical que suele desfilar en Tribunales por sus delitos comunes o complejos. Finalmente, no se puede dudar que estos actos de alcahuetería con la Iglesia, sientan bien al ´triunvirato de dos patas´ que conduce la central.


“Eles Não”


Pero Moyano no escapa a esta caracterización. Más allá de su ruptura o distanciamiento con la conducción de la CGT, Moyano no tuvo empacho en firmar junto a Piumato una solicitada anti-aborto encabezada por Menem y el vaticanista Valdéz. Las bendiciones papales que Pablo Moyano fue a buscar al Vaticano en procura de un escudo judicial se reciben sin beneficio de inventario, es decir, traen consigo la adhesión a la política reaccionaria y de contención de las masas de la curia. La Iglesia no solo unifica a la burocracia sindical en el papel de contención social de los trabajadores, sino también en sus dogmas reaccionarios contra las mujeres y las minorías.


La lucha por el aborto legal ha puesto en la misma vereda a todas las variantes de la burocracia sindical, incluso a las que posan de más combativos como los kirchneristas del Sindicato del Subte (Agtsyp) que también supieron desfilar por la Santa Sede.


La movilización sindical del bloque de moyanistas, kichernistas (Corriente Federal de los Trabajadores), yakystas (CTA) y el Triunvirato Vaticano (CCC, Barrios de Pie y CTEP) del próximo 20 octubre a la Basílica de Luján mientras el movimiento de mujeres estará ganando las calles de Brasil, Argentina y América Latina contra Bolsonaro, planteará una vez más y con mucho vigor, la incompatibilidad de la burocracia sindical con la lucha de las mujeres trabajadoras en defensa de sus derechos y condiciones de vida.


La lucha por el aborto legal y la separación de la Iglesia y el Estado debe estar unida a la pelea por separar a nuestros sindicatos de toda influencia clerical, lo cual no puede llevarse adelante sin expulsar a la burocracia sindical de nuestras organizaciones de clase.