En un salón del Concejo Deliberante de Villa Regina vaciado, como producto del horario que tuvo la convocatoria (11 am), autoridades de instituciones locales y provinciales presentaron el protocolo de atención para víctimas de violencia de género.

Estaban presentes el Ejecutivo municipal del FPV (Frente para la Victoria) y miembros de su gabinete, concejales, la oficial a cargo de la Comisaría de la mujer, un integrante del Consejo Provincial y local de la mujer y los dos jefes policiales de las dos comisarías de la ciudad. El faltazo del director del hospital bajo el argumento de un viaje urgente a Viedma demuestra el desinterés de esa parte cuando hace tres meses que se viene trabajando en ese sentido y la fecha de la presentación había sido acordada con mucho tiempo. El protocolo no se dio a conocer aún públicamente porque falta la firma del director y de la jueza de familia de la localidad, quien también se ausentó de la presentación.

Norma Dardik, trabajadora de la salud pública y dirigente del PO de Río Negro, intervino en la presentación y criticó que no se haya dado aún acceso al protocolo, lo que condiciona cualquier debate. A su vez, señaló otro aspecto central: la falta de la presentación de un presupuesto que garantice el cumplimiento del protocolo, lo que amenaza convertirlo en papel mojado.

Sólo se pudo conocer un pasaje del protocolo leído por una integrante del Consejo de la mujer local, donde se elimina el calificativo “víctima” con el argumento de que ahora se estaría empoderando a las mujeres. Dardik, en cuanto a esta intención, fue tajante denunciando que justamente el calificativo de víctima es lo que permite que un caso sea tratado como femicidio en caso de que ocurra. Prosiguió alertando que los 4 médicos de la ciudad que ofician de médicos policiales carecen de competencia forense legal ya que ninguno de ellos ostenta la especialidad de médico legista. Así una víctima de violación seria atendida en Fiske Menuco (Gral Roca). También denunció Dardik la falta de movilidad propia del Senaf (Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia).

Andrea y Cintia, dos compañeras del colectivo feminista Cuerpas, manifestaron la inquietud de quién sería el responsable de verificar el cumplimiento del protocolo y plantearon un control ciudadano de su ejecución. Tanto el Plenario de Trabajadoras como la agrupación Cuerpas, acompañadas por estudiantes del Instituto de Formación Docente y Continua y secundarias de la localidad presentaron en mayo una nota donde se exigía de una vez por todas la conclusión de dicho protocolo, anunciado con bombos y platillos por las autoridades. Esa nota llevaba consigo un pliego de reivindicaciones inmediatas como la finalización de la casa refugio para mujeres víctimas de violencia (está el terreno pero no pegaron un solo ladrillo), luminarias en zonas peligrosas, red de transporte para el traslado más seguro de las mujeres hacia sus lugares de trabajo o de estudio.

En Villa Regina fue conocido públicamente el caso de un agente policial de larga trayectoria que fue denunciado por su propia familia por abusar de una menor conocida de la Iglesia y que aún hoy está en funciones. La familia denunció hace pocos días aprietes policiales e intentos de sobornos para que den marcha atrás con la denuncia.

Al lado de las autoridades estatales que se mostraron “preocupadas” por los femicidios y la violencia contra las mujeres, en la misma mesa y como parte de las instituciones que “armaron” este protocolo, estaban los jefes policiales del oficial denunciado. Una mayúscula contradicción que no podemos dejar de señalar, más aún considerando que venimos del cierre del caso Solano –como mencionó Dardik en su intervención-,  donde se condenó a perpetua a 7 policías acusados de desaparecer y matar al joven obrero rural; esos mismos policías, además, juntos con otros que nunca fueron procesados, estarían involucrados en la trata de personas, lo que fue denunciado oportunamente por los abogados de la familia Solano.

La lucha por las reivindicaciones de las mujeres dio un salto con la enorme movilización por el aborto legal, seguro y gratuito. La conquista de las reivindicaciones dependerá de la propia movilización y organización de las mujeres.