Partido

29/6/1994|422

A mi amigo y camarada

A Carlitos lo conocí en la década del 70 cuando él trabajaba como técnico textil en INTA: esta fábrica estaba localizada en San Martín y allí Política Obrera tenía un trabajo importante. Eran los tiempos de Trinchera Textil, Vanguardia Metalúrgica, Vanguardia Mecánica y, por entonces, San Martín era un hervidero de obreros y el clasismo progresaba entre ellos.


En INTA Carlitos se incorporó al Partido y trabajó abnegadamente por construir un Partido Revolucionario en el seno de la clase obrera; su casa en San Martín era centro de organización y reuniones, cuando todavía no existían locales “legales”, ya que aún gobernaba la dictadura onganiana mortalmente golpeada por el Cordobazo.


Una enfermedad terrible lo abatió. Con su cuerpo estragado luchó por la vida, construyó su familia, trabajó hasta último momento en los Talleres Protegidos y peleó por el Partido Obrero con una convicción que muchos “sanos” deberían envidiar. Su compañera Angela y su familia lucharon hasta el último minuto junto a Carlos; a ellos y a quienes como yo tuvimos el honor de haber sido durante tantos años amigos y camaradas, nos quedará la huella imborrable de un tipazo, de un revolucionario. Nos queda el compromiso de levantar las banderas que Carlos ya no puede sostener.