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20/6/2002|759

Congreso del Partido Obrero del Nordeste (NEA)

El Chaco y el NEA en su conjunto han dejado de ser, desde hace un tiempo, las “provincias olvidadas” del Norte. El movimiento piquetero y las puebladas, de un lado, la brutal fundición política de la clase que gobierna desde los tiempos de la colonia, del otro, le han dado a estas tierras notoriedad nacional.


Chaco es la expresión feroz de la desintegración económica, social y política creada por la bancarrota capitalista. Un ejército de más de 200.000 desocupados, más del 50% de la población bajo la línea de pobreza, un cementerio de plantas cerradas o vaciadas, más de un tercio de la circulación monetaria de la provincia en bonos, una deuda que hipoteca la provincia, una virtual cesación de pagos. La inviabilidad de la política oficial frente a la crisis se mide en dos datos. Chaco debe pasar de un déficit en las cuentas públicas de 275 millones de pesos en este año (estimado) a uno de 110; las provincias del NEA forman parte del lote de siete provincias en las que, fuera de Buenos Aires, se concentra la política de “ajuste” ordenada por el FMI.


Nueva rebelión popular


La pretensión del gobierno de Angel Rozas – precursor de la Alianza con su Frente de Todos en el año 1995 – de erigirse en el árbitro de un nuevo despegue capitalista de la provincia de la mano de la patria contratista (gasoducto, Acuerdo del Norte, nuevo Puente Interprovincial, plan de defensa contra las inundaciones, pavimentación masiva de rutas provinciales, tercerización de la inversión de Sameep y Sechep), y la reconversión de la economía del algodón sobre la base de la soja y una diversificación productiva, terminó en un derrumbe sin precedentes de la economía provincial. Los grandes beneficiarios de este “plan” fueron la banca “nacional” y la camarilla de “gestores” (que se enriqueció con la intermediación) a través de la toma de préstamos a tasas altísimas, lo que llevó a un crecimiento geométrico de la deuda pública. El endeudamiento provincial, al momento de llegar Rozas al gobierno, orillaba los 500 millones de dólares – originados básicamente en la estatización de los sucesivos pasivos del Banco del Chaco, prestados por la dictadura y los gobiernos peronistas y acciónchaqueñistas.


El balance de la experiencia Rozas está a la vista. Municipios metropolitanos y del interior completamente paralizados, con huelgas salvajes y con su población alzándose en verdaderas puebladas y huyendo de la hambruna hacia los asentamientos del Gran Resistencia como resultado de la quiebra productiva de la provincia y del ascenso feroz de la desocupación provocado por la quiebra industrial y la desaparición sistemática de la pequeña propiedad agrícola.


La obligación de dejar de emitir bonos, unida a la imposición del FMI de reducir los déficits de las provincias, coloca al Chaco y al NEA en un punto de inflexión de la crisis. Hasta el momento la debilidad de la oposición política patronal permitió a Rozas un precario equilibrio, pero éste puede llegar a un punto de desenlace si el movimiento piquetero se consolida como caudillo de una salida obrera a la crisis, uniendo a todos los explotados y las víctimas de la expoliación del capital.


El Congreso del PO se da, entonces, en un momento clave, que exige construir una oposición política que responda al interés de los trabajadores. Planteamos una Asamblea Constituyente en la nación, las provincias y los municipios, que delibere y ejecute las medidas que sean necesarias para salvar a los trabajadores. Que resuelva el no pago de la deuda pública, la estatización de la banca, la reapertura compulsiva de las plantas cerradas y su puesta en marcha bajo control de los trabajadores, un impuesto extraordinario al gran capital, el manejo de los recursos de cada provincia y cada comuna por los trabajadores en función de las necesidades más elementales.


No hay Asamblea Constituyente libre y soberana sin rebelión popular y su convocatoria corresponde a las organizaciones obreras, piqueteras y asambleas populares que encabecen esa rebelión popular. Para el PO, toda la atención popular debe estar puesta en este punto, desde el momento en que la hiperinflación en ciernes y la crisis política alimentan una nueva rebelión.


El PO declara que frente a la catástrofe que se descarga sobre los trabajadores, las elecciones anticipadas (para diciembre o marzo próximo) no son salida alguna.


Porque para entonces se habrá consumado la enésima confiscación del pueblo reclamada por el FMI (todos los que impulsan las elecciones anticipadas reconocen que la condición previa es acordar con los banqueros internacionales).


Porque no queremos un cambio de personal político, queremos “que se vayan todos”. Ninguna transformación es posible, incluso la más mínima, sin la destrucción del aparato estatal actual, la expulsión de la clase patronal y un gobierno de trabajadores.


Sometimiento y descuartizamiento nacional


Los catorce puntos firmados por Duhalde y los gobernadores, a instancias del FMI, constituyen un acta de dislocamiento nacional y una declaración de guerra a los trabajadores. La baja del déficit reclamada a las provincias es inviable, por la bancarrota de los estados, la caída en picada de la recaudación y la resistencia popular a los “ajustes”. Pero las órdenes del FMI son dar la batalla, y éste es uno de los ultimátums de la nueva “misión” del imperialismo. Finalmente, para el FMI, más de la mitad de las provincias son inviables, mensaje que acaba de hacer suyo el gobernador Kirchner: “Las provincias mal administradas tienen que quebrar” (Clarín, 14/6).


El acuerdo de 14 puntos está en crisis no sólo por la bancarrota de los estados provinciales. Existe una competencia de los impostores que gobiernan en materia de sometimiento y disolución nacional. Gobernadores de las provincias con petróleo han planteado la necesidad de una reforma impositiva que haga que cada estado sea responsable de recaudar y se eliminen las retenciones (que no son coparticipables). Esta política ha sido dictada por los pulpos gasíferos y petroleros y está detrás de la propuesta de formar una “unión de estados patagónicos” que constituiría una reedición, a escala del país, de los emiratos árabes que viven de las migajas de las rentas del petróleo y gas. No hay aquí una pizca de soberanía, y Salta es el ejemplo: las regalías están prendadas en favor de la banca yanqui por los préstamos otorgados a la patria contratista del gobernador. En el otro extremo de este descuartizamiento nacional, Angel Rozas planteó “no tener la culpa por no tener petróleo o gas” (Norte, 26/4).


La cantidad de monedas que circulan en el país, cerca de 15 (tres de ellas del NEA) son la medida de la bancarrota de los estados provinciales y la desintegración nacional.


El NEA


El Chaco está en el centro de la crisis política del NEA. El gobierno de Rozas, modelo de la Alianza en el gobierno durante sus 7 años de gobierno, tiene un endeudamiento externo que supera los mil millones y fue uno de los seis estados provinciales que unilateralmente dejaron de pagar sus deudas. La desvalorización del quebracho, su bono provincial (más del 30% de la masa monetaria), orilla el 50%, y agravando más la situación, no es aceptado como moneda de cambio en la mayoría de los comercios del interior (los municipios pagan en esta moneda).


La crisis ha quebrado a la mayoría de las comunas del interior. En el último período se han repetido las manifestaciones masivas en los pueblos, verdaderas puebladas que dieron surgimiento a decenas de comisiones de desocupados y de comedores barriales, que se abren a la vida política (en algunos pueblos el 80% de los inscriptos no cobró el plan y 32 mil fueron rechazados). Esta crisis municipal también se da en Resistencia, con un paro de tres semanas de los municipales y la propuesta de que se vaya Szymula (intendente) y “gobiernen los trabajadores” votada en asamblea del gremio. La política propuesta por Rozas para resolver esta crisis es la regionalización de los municipios. Para la Federación Económica la provincia es “ingobernable”, y ha pedido que se repriman las luchas sin ningún tipo de vacilaciones y ha dado el ejemplo, montando causas penales contra luchadores. La situación de catástrofe ha sido acentuada por las inundaciones con siete departamentos declarados en emergencia.


a) La bancarrota de la economía capitalista


En todas las provincias que conforman el NEA la población agrícola es importante, aunque en los últimos años se produjeron fuertes migraciones hacia las ciudades, principalmente en Chaco y Formosa.


Tradicionalmente, desde los años ’30, estas provincias se insertaron como productoras de rubros agrícolas industriales (algodón, yerba mate, tabaco) en la economía nacional. Todas estas ramas comenzaron a sufrir crisis de sobreproducción en los ’60 para entrar en colapso en los ’80. Estos rubros se producían tradicionalmente en fincas de características familiares, mientras rubros importantes – ganado vacuno, arroz, papel, soja – se produjeron siempre en explotaciones capitalistas desarrolladas.


La crisis del algodón tiene importancia significativa para Chaco y Formosa. En el Chaco la crisis se resolvió con una profundización de las relaciones capitalistas en la rama y la progresiva descomposición de la pequeña producción mercantil, lo que llevó a la virtual desaparición de las cooperativas y los pequeños productores como consecuencia de la concentración de la tierra y del capital.


La expansión de la producción algodonera de los ’90 se dio fundamentalmente en fincas de gran tamaño, con importante innovación tecnológica (se difunden definitivamente las cosechadoras mecánicas, con el consiguiente ahorro de mano de obra). Esto trae aparejado la concentración de la tierra y la emigración rural (que se aglomera en Resistencia y da lugar a asentamientos con importantes luchas y de los cuales se nutrirá el movimiento de desocupados). En Formosa, la crisis desemboca en una parálisis de la producción algodonera, y en el Chaco el plan de reconversión a la soja ha fracasado.


En Misiones, la producción de tabaco y yerba se enfrenta a una crisis terminal, más aun cuando se desmantelan los mecanismos que protegían relativamente la producción. Aquí el proceso de concentración de la tierra se produce con la expansión de los emprendimientos celulósico-papeleros (también con capitales extra nacionales, entre otros Soros y Shell).


En Corrientes, tradicionalmente la más ganadera y latifundista de las cuatro provincias, se detecta la progresiva concentración de la tierra en manos de capitales extraregionales y extranacionales (muchas de ellas para caza). Corrientes también se especializa en cultivos industriales (yerba, té, tabaco).


Con respecto al tema de la estructura agraria, el problema central es la concentración de la tierra y del capital.


En cuanto a la industria, su incidencia es escasa en la región y estuvo ligada al procesamiento de los rubros primarios producidos en la zona (desmotadoras de algodón, frigoríficos, curtiembres, elaboración de tanino, hilanderías, elaboración de jugos frutales, elaboración de yerba). De todos modos, tuvo más incidencia en el Chaco que en las otras provincias del NEA. Pero en los últimos veinte años la mayoría de estas industrias entró en crisis.


El NEA es hoy uno de los centros de la “línea de pobreza”; Formosa es el último escalón de esta “línea”, cualquiera sean los indicadores que se tomen.


b) Los sindicatos


La política de los sindicatos ha seguido la política nacional de las centrales sindicales. Las huelgas docentes fueron aisladas (y llevadas a la derrota, como en Misiones) o pasaron por un cauce distinto del de los sindicatos, como las autoconvocatorias (docentes, rurales).


En las cuatro provincias hubo luchas importantes de estatales (en el caso de Formosa, sirvió para reagrupar un sector del activismo); sin embargo, la política de las centrales sindicales fue rehuir una lucha decisiva y refugiarse en los paros aislados.


En Misiones, después de las carpas del aguante en toda la provincia contra la aprobación del IETE, la represión de estatales y el aislamiento de la lucha docente por parte de los gremios en el 2000, hubo otra lucha contra la rebaja salarial a los estatales provinciales que fue derrotada, con una feroz represión del gobierno de Rovira.


En el caso del Chaco, el gobierno logró en el 2001 la aprobación de los cuatro puntos de ajuste con un virtual estado de sitio, apoyándose también en el “plan de lucha” gradualista de la Coordinadora de Gremios (moyanista). En la actualidad la Coordinadora ha pasado a tener una vida vegetativa, sin ningún papel en el reciente paro municipal. El movimiento de lucha está representado por la importante organización del movimiento piquetero de la zona y único con peso en casi toda la región. El último 1° de Mayo, el acto del Bloque Piquetero logró arrastrar a organizaciones obreras y sindicales de importancia y reveló la existencia de una corriente de independencia de clase con peso propio en la situación política.


Desde la vigorosa experiencia de Chaco debe partir la organización de los desocupados en el resto del NEA, hasta ahora incipiente.


c) Movimiento de desocupados


Masas de trabajadores rurales se trasladaron desde el campo por la concentración de tierras y las inundaciones que afectaron a los pequeños productores de subsistencia, a la vez que en las ciudades se daba una caída en la producción fabril y una quiebra de industrias que procesaban las materias primas provenientes del interior. La crisis capitalista ha convertido a la región en un centro de la desocupación a escala nacional.


Los primeros movimientos de lucha de los desocupados datan de 1992/93 en Barranqueras, años antes de que surgieran en el resto del país. Los cortes y la organización piquetera chaqueña fueron los primeros que tuvieron que enfrentar el debate acerca de la organización de desocupados, que dividió aguas en la izquierda. Por un lado estaban quienes sostenían que era un movimiento lumpen que no guardaba relación con la tradición del movimiento obrero, siendo presa fácil, por su falta de principios clasistas, del “asistencialismo” por bolsones de alimentos. Por el otro lado, quienes sostenían que el movimiento de desocupados eran los trabajadores ocupados que se habían quedado sin trabajo durante la década menemista, que había que organizarlos frente al abandono de los gremios y que había que dotar de un programa a estos trabajadores uniéndolos a los reclamos de los ocupados en el marco de la independencia de clase. Se reconocía al movimiento piquetero como la continuidad de la clase obrera en lucha de Argentina.


La conformación de múltiples agrupamientos de desocupados responde, de conjunto, a la ausencia de una política de independencia obrera frente al Estado y las expresiones políticas que responden a la clase social que gobierna.


El movimiento piquetero se funde con el movimiento por la recuperación de los sindicatos y la obtención de la tierra y la vivienda. Allí está la movilización por el reconocimiento de tierras ocupadas en Resistencia, que llevó a la aprobación de una ley provincial que prohíbe por 18 meses toda acción contra los asentamientos existentes al 1° de marzo de 2002.


La degradación capitalista ha ido tan a fondo que los indígenas del Chaco también se agrupan con los desocupados planteando los mismos problemas de tierra, trabajo y alimento.


El partido y el programa


El Partido Obrero del NEA se ha fundado actuando en la lucha de clases, interviniendo en la lucha del movimiento piquetero, de los estatales, de los docentes.


El sistema político descansa en la colaboración inestable que va desde las centrales sindicales (CGT disidente, CTA), hasta la CCC. A esta colaboración antiobrera y al mismo tiempo sin perspectiva, el PO opone la lucha por el reemplazo de los gobiernos capitalistas por Asambleas Constituyentes en la nación, las provincias y los municipios, que permitan a los trabajadores intervenir en el grado político más alto para imponer su propia salida.


La campaña contra la “política” tiene hoy dos vertientes. La de los trabajadores hastiados de los partidos que nos han llevado a esta catástrofe, y la de los ricachones y sus secuaces, que pretenden que los trabajadores no construyamos nuestro propio partido y no nos convirtamos en los políticos de nuestra clase. No quieren, de este modo, que tomemos conciencia de la necesidad de luchar por el poder. El PO llama a los piqueteros a transformarse en la vanguardia política de nuestra clase, los explotados, y construir nuestro propio partido.


La caracterización que aquí se vuelca, con las consignas que se desprenden de ella, forman un programa que debe servir al congreso del Partido Obrero del NEA como columna vertebral para el desenvolvimiento de un partido de la clase obrera en la zona.


No será un problema menor que el partido desarrolle una actividad permanente de agitación, propaganda y difusión de los materiales. De la misma forma, la organización de los equipos de trabajo y la estructuración de una dirección corporizada en los mejores elementos que compongan el partido.


El PO plantea:


• Suspensión indefinida del pago de la deuda pública, apertura de libros de los bancos y de los pulpos, al igual que los de la administración de las provincias, para juzgar públicamente a quienes han malversado el dinero de los tesoros provinciales.


• Salario mínimo de 600 pesos indexados al 1° de enero. Subsidio al desocupado de 500 pesos indexados al 1° de enero para mayores de 16 años.


• Incorporación de los trabajadores del programa “Jefes de Hogar” y de los planes a las plantas permanentes en la provincia y los municipios, bajo convenio.


• Por un plan de obras públicas e infraestructura que atienda el problema de las inundaciones en el campo y la ciudad, y la carencia de viviendas y escuelas y demás necesidades de la población trabajadora, financiado con un impuesto a las grandes fortunas y grandes tenencias de tierras.


• Expropiación de los latifundios poniéndolos a producir bajo control de los trabajadores rurales y campesinos pobres. Centralización estatal del acopio y producción agrícolo-ganadera y control por parte de pequeños productores, campesinos pobres y trabajadores rurales. Condonación de las deudas a los pequeños productores.


• Apertura de todas las fábricas para ponerlas a producir bajo control de sus trabajadores. Por exención de impuestos y pago de servicios a los trabajadores desocupados, y pago según sus ingresos para los ocupados. Por la aceptación de cualquier medio monetario de pago. En Chaco, por la elección democrática de las autoridades de Sechep por medio de asamblea de usuarios, y funcionamiento bajo control de sus trabajadores. No a los cortes de servicios. Servicios para todos.


• Por comedores populares y escolares garantizados por el Estado y bajo control de las organizaciones de lucha.


• Libertad y anulación de los procesos a los luchadores.


• Impuesto extraordinario a todas las grandes fortunas y capitales de las provincias del NEA.


• Congreso de trabajadores de todo el NEA para tomar a su cargo la gestión y producción del proceso de reorganización de la economía. Impulsar la huelga general.


• Asambleas populares constituyentes libres y soberanas en las provincias y los municipios que ejecuten los planes discutidos por los trabajadores y la población explotada.


• Por un gobierno de trabajadores.


Se trata de preparar a nuestra clase para que pueda intervenir políticamente en forma independiente y para que se prepare, con el conjunto de la clase obrera argentina, para sentar las bases de su propio gobierno.


14 de junio de 2002