Abel Carlos García, “Corcho”, era parte de esa enorme legión de compañeros que, provenientes del peronismo, se sumaron en la última etapa a las filas del Polo y del Partido Obrero. “Corcho” confió en nosotros y mucho antes que le saliera el “plan”, comenzó a trabajar en el comedor de Canning, siendo luego su delegado en los últimos cinco meses. Cumplió con gran responsabilidad su tarea, mostrando su sensibilidad fundamentalmente hacia los pibes: cuando la mercadería escaseaba él se preocupaba porque “los pibes tienen que comer”, se movía para solucionarlo pidiendo donaciones, etc.

En la noche del 27 de abril, después de defender los votos del PO como fiscal, un derrame cerebral producto de un pico de presión arterial lo paralizó, falleciendo el 5 de mayo. Tenía 48 años. Su muerte también se la achacamos al régimen social capitalista, porque mientras los Menem y De la Rúa, con afecciones similares, fueron tratados a tiempo y son asistidos diariamente, los trabajadores somos presos de la desocupación, el deterioro de nuestras condiciones y la destrucción de los servicios públicos.

Corcho ya es parte de la historia que estamos construyendo aceleradamente; su nombre y su voluntad estarán presentes en la memoria de los compañeros del Polo de Canning y Ezeiza. Y con la certeza de que seguiremos luchando para que todos los pibes puedan comer y por una sociedad donde los trabajadores tengamos cubiertas las necesidades más elementales.