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5/12/2002|783

El Argentinazo, una tendencia internacional

La resolución internacional aprobada por el XIII Congreso del Partido Obrero destaca la tendencia al Argentinazo como un fenómeno de conjunto, es decir, la transformación de las crisis financieras en bancarrotas capitalistas y la tendencia a las huelgas, piquetes y rebeliones populares.


Esta tendencia se manifiesta en la perspectiva deflacionaria y depresiva que enfrentan Estados Unidos y Europa como consecuencia de los derrumbes bursátiles, las quiebras de grandes empresas, la montaña de deudas incobrables, la contracción del crédito y del comercio mundial y la sobreacumulación de capital en todas sus formas, que ya tienen atenazado a Japón desde hace una década, sin salidas a la vista.


La resolución puntualiza que el resultado del fracaso de las salidas que ha intentado el capital mundial en las últimas décadas –la globalización financiera, la apertura de las economías, las privatizaciones, el desarrollo de nuevos sectores tecnológicos, las fusiones empresarias, la penetración en Rusia y China y los intentos de coordinación de una política económica mundial por la vía de los “organismos multilaterales”– es que hoy los tres grandes bloques imperialistas se encuentren, conjuntamente, en depresión.


La expansión de la Otan hacia las fronteras de Rusia y China y los acuerdos militares establecidos por el imperialismo norteamericano con las ex repúblicas soviéticas del Cáucaso y Asia Central, la ocupación de Afganistán, los acuerdos militares con Japón, Corea y Taiwán y la llamada “guerra contra el terrorismo” en el sudeste asiático, indican que el imperialismo busca una salida por la vía del sometimiento efectivo y real de las economías, las naciones y las masas de los desaparecidos bloques “socialistas”.


Las guerras de los Balcanes y Afganistán y la campaña contra Irak son una preparación de esta salida y muestran la tendencia general del imperialismo a resolver la crisis mundial por la vía de las guerras. Este camino plantea una agudización de las contradicciones del imperialismo norteamericano y las burguesías europeas y japonesa, así como convulsiones y crisis crecientes para las burocracias restauracionistas china y rusa. Este curso demuestra el carácter reaccionario de la democracia en la época de la descomposición capitalista y recuerda que la política democratizante continúa siendo el instrumento político fundamental del imperialismo contra las masas y las naciones oprimidas. Bajo todos los gobiernos constitucionales se incrementa el régimen de espionaje, represión y control policiales.


La resolución señala que la tendencia internacional del Argentinazo se manifiesta, también, en el crecimiento de la lucha de masas en todo el mundo: las manifestaciones contra la guerra en Europa y Estados Unidos, el ascenso de la movilización sindical en Europa, la continuación de la Intifada palestina y las movilizaciones de masas en América Latina.


Con el triunfo electoral de Lula ha llegado al gobierno la tendencia “antiglobalizadora”. Por su programa, por las alianzas políticas que ha establecido y por sus primeros anuncios, el objetivo del gobierno de Lula es salvar al capitalismo brasileño a costa de las masas. Esto pone de manifiesto el carácter proimperialista de las direcciones “antiglobalizadoras”, entre las que se destaca, por su papel político e ideológico de vanguardia, el Secretariado Unificado.


La resolución puntualiza que el Argentinazo, es decir la rebelión popular y la insurgencia revolucionaria de las masas, de una parte, y la integración de los “antiglobalizadores” al salvataje del capital desde el poder del Estado, de la otra, representan polos antitéticos para el movimiento de las masas a escala internacional. El XIII Congreso del PO señala que la tarea estratégica en la lucha por la refundación de la IV Internacional en el próximo período es profundizar la delimitación política con el ala dirigente y derechista del movimiento antiglobalizador, para desarrollar el camino de la reconstrucción de la IV Internacional.


La resolución internacional dio lugar a un verdadero trabajo colectivo del Congreso. Tanto en el debate previo como en las correcciones y enmiendas al proyecto de resolución, intervino el 80% de los miembros de la comisión redactora, compañeros piqueteros del Chaco, de Tucumán, y de los distritos del Gran Buenos Aires y la Capital. Luego, el plenario del Congreso introdujo nuevas enmiendas, con numerosas intervenciones de compañeros de las distintas delegaciones. El proceso colectivo de la redacción y enmiendas de la resolución internacional puso de manifiesto un importantísimo desarrollo de la conciencia internacionalista de los trabajadores y los jóvenes que están a la vanguardia de la lucha de clases en Argentina y que se organizan en el PO.