Partido

9/10/2003|820

El Polo y el Partido con todo en Jujuy

En San Pedro, la segunda ciudad de Jujuy, uno de los centros políticos piqueteros de esta provincia piquetera, cerquita del Ingenio La Esperanza, el Partido Obrero y el Polo Obrero han irrumpido con enorme fuerza política.


El sábado 4 de octubre, el Centro Cultural de esta localidad, de 70.000 habitantes, se colmó con más de 200 compañeros en una asamblea de tres horas de duración. La inauguraron los compañeros Pepe Barraza, de Tartagal; Néstor Pitrola, por la Mesa Nacional, y Gabriela Arroyo, por la Mesa Provincial. Sobre el final, marchamos en manifestación a la plaza central, donde tocó una banda juvenil integrante del movimiento y nos dirigimos al pueblo de San Pedro; a esa altura, bajo una lluvia que no amainó el entusiasmo.


El marco del encuentro había dado la tónica: un escenario vestido de carteles del Polo Obrero de Santa Rosa, de Belgrano, de Arrayanal; los gorros del Polo diseminados en la platea, que nadie quiso sacarse durante toda la deliberación. La tarde se vistió de blanco con la sola excepción del rojo vivo del cartel del Partido Obrero.


Se trató de una asamblea fundacional de masas del Polo Obrero. Se han fundido en nuestra organización la agrupación juvenil Mejd (Movimiento de estudiantes y jóvenes desocupados) y Juana Azurduy, de madres desocupadas.


La presencia femenina y de jóvenes dominó el encuentro. Es que este movimiento piquetero (que se incorporó al Polo) ha librado una gran lucha por becas o subsidios para los estudiantes, a partir de los colegios y terciarios, con el método del corte de ruta “al que caímos con las carpetas en la mano”. Así se impuso la entrega de una cantidad de planes, luego, la lucha se extendió a las madres, porque el plan Jefas y Jefes no acepta a compañeros sin carga de familias.


Pero tanto esos jóvenes como esas madres han tomado los planes y proyectos productivos como una herramienta de organización, de debate político y de lucha. Las tres panaderías, las enormes huertas de más de tres hectáreas y los merenderos tienen la disciplina del trabajo y de la lucha, allí “molemos la tierra, a la par de las conciencias”, al decir de Marta Arroyo.


Como no podía ser de otra manera, estos jóvenes son una semilla de organización estudiantil en San Pedro y ya trabajan por la organización de centros en los colegios y terciarios. También se proponen conseguir una filial universitaria pública y gratuita, porque sólo hay una privada, que es para quienes pueden pagarla. Los 40 kilómetros hasta San Salvador se hacen insalvables para un pueblo de mayoría desocupada que quiere acceder a la educación superior.


Pero la asamblea fue por más. Después de refrendar un soberbio cuerpo de delegados, ahora único de los viejos y nuevos compañeros, se resolvió un plan de lucha que comienza con una marcha y movilización, en simultáneo con otra que se hará en Salta el 9 de octubre. El programa en San Pedro se centra en dos ejes: condonación de deudas y exención impositiva y de pago de servicios públicos a los desocupados, y asistencia alimentaria del municipio para abrir comedores en distintos barrios, cuyas sedes ya están disponibles en casas solidarias de los compañeros.


Construir el Partido Obrero


El aspecto reivindicativo fue importante en el desarrollo de la asamblea. Sin embargo, fue fundamental el balance político que trazó Gabriela Arroyo. Esta conducción llevó a todo el grupo dirigente a incorporarse al Partido Obrero.


Ellos vienen de una ruptura, de hace aproximadamente un año, con el PC jujeño. Participaron en forma independiente en la cuarta ANT, después de agotar una lucha política interna para “cambiar el contenido de la política del partido con respecto a los frentes y a la Cta”. Han venido observando al Polo y al PO por su intervención desde el Argentinazo, han seguido nuestra prensa y han encontrado que es el “partido clasista por el que luchamos toda la vida”.


La gota detonante de la incorporación al Polo y al Partido Obrero, fue la impasse política frente a las últimas elecciones en Jujuy, que arrastró hacia el candidato de recambio (retazos de los partidos del sistema), a buena parte de los votos de la juventud de los barrios y colegios. Esto fue incorporado a la revisión crítica que vinieron realizando desde el voto del PC a Luder, en 1983, hasta el reciente frente con un partido de la Alianza, como el PS en la provincia de Buenos Aires.


El vuelco a la construcción del PO en una provincia cuna del movimiento piquetero desde mediados de los ’90, donde los trabajadores estuvieron a la vanguardia del derrocamiento de más de un gobernador, forma parte de un balance de la total falta de una intervención obrera independiente, como factor político en las crisis, de la Ccc y de toda la izquierda jujeña. Los compañeros llegan al PO junto a la conclusión política de la necesidad del papel dirigente de la clase obrera en el proceso político.


En la asamblea del Polo, como en los debates de constitución del Partido Obrero, se colocó la lucha política por el gobierno de los trabajadores y la formación del Partido Obrero como una tarea estratégica. Para ello se resolvió realizar un congreso provincial a fines de noviembre como culminación de un plan de extensión a Palpalá, San Salvador y Ledesma.