Partido

27/6/1996|500

En el INTI superamos la centena de suscripciones

Hace aproximadamente un mes habíamos superado el objetivo original de 70 compañeros suscriptos. Actualmente, ya hemos suscripto a unos 80 compañeros  (incluyendo un puñado de compañeros de fuera del INTI, entre parientes, amigos y docentes universitarios); tenemos que concretar (cobrar) a unos 16 compañeros más, lo que recién lograremos materializar a principios de julio (con el cobro de las remuneraciones, obviamente). Además, tenemos más de una decena de prensas que seguimos colocando al precio anterior (en mano). Lo más interesante es que estamos conversando o estamos por hacerlo con otros 15 trabajadores del Instituto: es decir que, de tener ‘éxito’ con este nuevo grupo, compuesto por administrativos, técnicos del INTI y del INTEMIN (aquí ya hemos suscripto a más del 10% de la planta), y algunas relaciones personales, habremos alcanzado el nuevo objetivo que nos hemos trazado: 120 suscripciones. El planteo de suscripción llegó a más de 200 trabajadores.


Este resultado exitoso ha sido un gran incentivo para los militantes del Partido Obrero del INTI, porque ahora se nos ha convertido en costumbre escribir artículos, sea sobre la llamada “reforma II”, o por el despido ‘de lujo’ de Magariños (el ex secretario de Industria), por el debate que tuvimos con Enrique Rodríguez (ex ministro de Trabajo de Menem, hoy candidato a estatuyente con Béliz), comunicados de prensa de la comisión interna del INTI (sobre la reforma II, frente a un artículo de tapa aparecido el 11/6 en La Prensa reclamando despidos de estatales), etcétera. Hemos enviado también a la redacción del periódico, un artículo crítico de una compañera del INTI referido a la nota aparecida en PO 499 sobre el Encuentro de Mujeres.


En las próximas semanas haremos nuevos artículos, referidos a la lucha que deberemos protagonizar los estatales nacionales, contra los despidos que acompañan la llamada “reforma del Estado II”, frente a la complicidad de la burocracia sindical con el gobierno y al intento de éste (y del gran capital) de hacer recaer su crisis sobre las espaldas de los trabajadores.