Partido

16/9/2004|868

Hortensia Behrens

Conocimos a Hortensia en los primeros bloqueos contra remates en los que participó el Polo Obrero, durante el verano pasado. Hortensia y su hija, Jimena, hablan sufrido, meses atrás, el remate de su casa: una deuda por expensas de 4.100 pesos se había “transformado", usureros y abogados mediante, en otra de 41.000. La mafia de los rematadores hizo el resto, quedándose con la casa de Hortensia.


En cinco oportunidades, el Polo Obrero, los movimientos de deudores hipotecarios y el diputado Tomás Devoto impedimos el desalojo de Hortensia y de Jimena. La sexta intentona fue la definitiva. Semanas después del desalojo, Hortensia, que gozaba de salud y de sus ochenta años con completa lucidez, se derrumbó físicamente y falleció.


Los registros funerarios hablarán de un cuadro pulmonar agudo. Nosotros sabemos que la mató el régimen social y los gobiernos que respetan a muerte la propiedad de los monopolios capitalistas, pero confiscan y despojan, todos los días, al trabajador.


En las tensas vigilias de las tentativas de desalojo, descubrimos en Hortensia a una artista y a una camarada. Primero, con sus exquisitos dibujos, que nos obsequió con gratitud. Luego, con sus libros y recuerdos que daban cuenta de un pasado militante y socialista en Chile.


Así la despedimos el pasado lunes: con banderas rojas y puños alzados. Y nuestras pecheras del Polo, que hoy luce su hija Jimena.


Hortensia, querida compañera, ¡hasta la victoria siempre!