PO: ¿Qué opinás de la propuesta del PO en relación a las próximas elecciones?

Salaburu: De alguna manera hay que ir articulando los movimientos sociales, los trabajadores y todo un sector amplio (por ejemplo, todos aquellos que, ante la desocupación, deben rebuscarse para vivir), debemos estrechar filas para traducir este movimiento social en movimiento político. Es un gran desafío y una gran deuda que tenemos. Nunca dimos este paso. Hay que ir pensando las formas.

PO: Respecto a las formas, ¿qué te parece el planteo de Internas Abiertas de la Izquierda y el movimiento obrero combativo?

Salaburu: Abierta hasta quienes hayan demostrado desde mucho antes que están comprometidos en un cambio fundamental (socialización en serio de los bienes y riquezas). Una interna abierta en sentido tradicional no, porque quien tenga dinero puede intervenir y desvirtuarla.

En esto tiene mucho que ver hasta las historias personales. Quienes no hayan estado con los trabajadores, deben quedar afuera.

Por otra parte, no puedo dejar de expresar mis temores, porque cuando un sistema ve algo que puede llegar a afectarlo, empieza a hacer funcionar los anticuerpos, como sabotaje, infiltración, campañas de desprestigio, etc. En esto está la capacidad de cada uno de no entrar en este juego.

Al modelo hay que confrontarlo, no reformarlo desde adentro.

PO: ¿Y respecto de la realización de conferencias, congresos de bases?

Salaburu: Sería interesante convocando a las agrupaciones, las organizaciones, no sólo a los dirigentes. Que no sea una invitación a algo ya armado, sino invitando a ser protagonista. Hay que romper el recelo de las convocatorias ya armadas.

Hago un llamado a cambiar la resignación por el compromiso. Todo el sistema apunta a que adoptemos la resignación como forma de vida. Mi propuesta es compromiso en la confrontación.