Partido

10/6/2003|808

La Campaña Financiera en marcha

El cuadro político en que se desenvuelve la Campaña Financiera del Partido Obrero ofrece importantes oportunidades para su desarrollo. De un lado, el gobierno, aunque aún mantiene su máscara “progre”, ha sido forzado a ir más rápido en las negociaciones con las delegaciones del FMI, en la aprobación de leyes reclamadas por el imperialismo, así como se mantiene el congelamiento salarial y la flexibilidad y se hunden la salud, la educación, la vivienda. Del lado de las masas, se abre paso el descontento entre los trabajadores, asolados por la inseguridad, directamente vinculada al accionar de mafias policiales o vinculadas a éstas y al poder político. Es lo que ha terminado de saltar en la provincia de Buenos Aires, luego de los crímenes de Santiago del Estero. Recién se está hablando de los desarmaderos de autos; todavía poco o nada del narcotráfico, los secuestros o la prostitución.


Por si no bastara la reciente reafirmación de solidez piquetera en el Puente Pueyrredón, un no tan sordo y amplio debate recorre las filas del movimiento obrero respecto de qué esperar del gobierno. La punta del témpano la constituye la proliferación de listas antiburocráticas y opositoras, el acceso de activistas a comisiones internas y cuerpos de delegados, los triunfos antiburocráticos en algunos gremios, las grandes luchas estatales y otras. Es el panorama que precede a la V Asamblea Nacional de Trabajadores del 2 y 3 de agosto, la gran referencia política independiente de los explotados.


En el proceso de intervención del Partido en estos acontecimientos, la discusión política que implica la lucha por miles de aportes fortalece el reagrupamiento revolucionario en cada lugar de trabajo, en cada gremio, en cada barrio.


Fortalecidos por experiencias como la de Hurlingham, se organiza activamente la jornada de locreadas del 9 de julio en los cuerpos de delegados y centros del Polo Obrero, popularizando la Campaña Financiera en las barriadas. La actividad comienza tres días antes, con la difusión de la actividad en cada barrio, y culmina el 9 con la venta de la comida, sin dejar de lado la rifa y la prensa. En numerosos lugares se han organizado diversas actividades: peñas, campeonatos de truco y bingos, charlas políticas, proyección de videos. Miles de compañeros participarán de esta tarea, de la que daremos cuenta en el próximo periódico.


Al calor del debate por los recursos, surgen en las mesas regionales y plenarios de delegados nuevas propuestas para ampliar la campaña, como ha ocurrido en una reciente reunión de la mesa de Matanza. También se organiza la colocación de la rifa en acciones colectivas, tarea que comienza a dar sus frutos, y que es muy importante, porque hemos votado rendir el 50% antes de fin de julio.


Los docentes, conscientes de la importancia de desarrollar Tribuna Docente y el Partido en el gremio para afrontar las responsabilidades de la hora, han largado iniciativas en las distintas regionales, particularmente de la provincia de Buenos Aires, como cenas con cubierto, aparte de la lucha por los aportes personales.


En numerosos lugares de trabajo comienza a correr el bono del Polo Obrero: advertimos sin embargo cierta lentitud en el trabajo sobre objetivos importantes del movimiento obrero.


Observamos, por debates con algunos compañeros dirigentes sindicales, metidos hasta el cuello en luchas reivindicativas o de recuperación de sus gremios, que por la vorágine de la actividad gremial tienden a postergar la Campaña Financiera “para más adelante”. Son conscientes, sin embargo, de que precisan desenvolver un sólido cuadro partidario y agrupacional alrededor de una estrategia de independencia política. La lucha por el aporte obrero es parte de la actividad cotidiana. Obliga a ubicar la lucha concreta en una perspectiva de poder, a explicar nuestra política y organizar. Cada aporte es un voto a esa estrategia. La lucha es hoy.