Partido

4/7/1996|501

“Las suscripciones marchan a medida que Prensa Obrera se hace popular”

Esto nos dijo Sergio Sosto, delegado telefónico del edificio de Valentín Gómez

Al principio ofrecía la suscripción a los compañeros más allegados y afines. Incluso algunas las ‘arrancaba’ por el reconocimiento de los compañeros y la autoridad que inspira un delegado. Pero luego, todos los bloqueos cayeron a medida que el periódico se popularizaba. Como la mayoría de los compañeros salen a trabajar a la calle, utilizo los 10 minutos que se reúnen en el playón antes de salir, para ofrecer el periódico delante de todo el mundo. A medida que más lo ofrecí se hizo más conocido. La cuadrilla lo leía en el camión, al estar dando vueltas se hizo más conocido. Algunas anécdotas lo demuestran.


Un compañero me pidió que se los pase por la tarde, “porque en la camioneta me lo sacan todos y después lo pierdo”. Un compañero suscripto pidió la opinión de otro sobre un tema que salió en la prensa, y el otro le contestó (como resentido): “¡Ah, yo no sé nada porque a mí no me lo ofrecieron!”. Por supuesto que instantáneamente lo suscribí. Y después me comentó: “A mi señora, cuando llegue a casa, le voy a decir, leé lo que dice allí, porque eso no sale por televisión”.


Con el periódico se empieza a producir ‘acostumbramiento’; un suscripto amigo del club, en el barrio, delegado de fábrica, me reclamó casi enojado por el atraso en la entrega del número anterior, “porque me lo leo todo”.


La conclusión que saco es que al periódico hay que hacerlo popular, y para eso tiene que estar en muchas manos. Tenemos que ser un poco audaces y ofrecerlo abiertamente a todos los compañeros de trabajo.