El Partido Obrero de Córdoba ha realizado su congreso provincial que ha discutido la actual situación provincial y las tareas que se desprenden. (…)

La Legislatura provincial aprobó un mazazo contra los trabajadores cordobeses. La llamada ley del Nuevo Estado coloca a los empleados públicos en situación de disponibilidad, privatiza las empresas provinciales rematando el patrimonio estatal y coloca las finanzas públicas bajo el control de los banqueros.

Los trabajadores, fundamentalmente de Luz y Fuerza, empleados públicos, municipales y bancarios, nos hemos movilizado contra esta ley durante casi dos meses. Las movilizaciones colocaron al gobierno a la defensiva y se dio una oportunidad de impedir la aprobación de la ley, pero no hubo de parte de los gremios una campaña por el paro único para golpear juntos y obtener el retroceso del gobierno.

La burocracia sindical de los Pihén, los Grahovac y los Miguel Díaz tuvo una política consciente de derrota del conflicto y se integró directamente al gobierno de De la Sota, ocupando lugares en el IPAM, la Caja de Jubilaciones, el Ministerio de Trabajo o como diputados del PJ. Se ha dado la mayor integración de la burocracia con los gobiernos patronales en años; ya no sólo boicotean la lucha de los trabajadores, ahora son funcionarios gubernamentales. Pihén, Grahovac, Miguel Díaz y los sindicalistas convertidos en funcionarios tienen que ser echados del movimiento obrero, y las organizaciones obreras romper con el gobierno de De la Sota.

La victoria obtenida por De la Sota con la aprobación de la ley nos obliga a sacar una balance. (…) Los sindicatos que combatieron la ley abrieron expectativas en la oposición aliancista. (…) Esto fue una falla mortal. Porque la ley salió como resultado del pacto De la Rúa-De la Sota; fue finalmente un senador del Frepaso el que le dio al PJ el voto que le hacía falta.

Pero De la Sota no ganó como pretendía. Se provocó una crisis en la Alianza, la población quedó avisada del carácter antiobrero de la ley y saludó efusivamente las movilizaciones de los trabajadores. (…)

De la Sota con esta ley, lejos de solucionar la brutal desocupación provincial, la profundizará. (…) Después de haber invertido, para la radicación de las empresas automotrices, miles de millones de dólares (…) hoy quedan sólo 6.000 trabajadores mecánicos. De la Sota insiste con esta política fracasada en la radicación de Volswagen (…). Los nuevos trabajadores de VW trabajarán con un convenio que disminuye los salarios y liquida las categorías.

De la Sota es impotente para frenar el éxodo de las empresas a Brasil, impotente frente al cierre de las autopartistas, impotente frente a los niveles desesperantes de desocupación, impotente frente a la miseria de los planes asistenciales y de trabajo.

Una oportunidad

Existe una rebelión en los gremios contra las direcciones burocráticas. En empleados públicos (…). En UTA (…). En el Smata (…). De lo que se trata es de convertir esta oposición en una corriente clasista consciente de los trabajadores. (…)

Ahora bien, la ley se ha aprobado, pero el gobierno tiene que imponerla. Esto significa la necesidad de que el movimiento obrero establezca una plataforma reivindicativa (…) para impedir la aplicación de la ley.

En el caso de Luz y Fuerza, votar la lucha por la defensa del convenio, la cancelación de las actuales tercerizaciones existentes (una forma de privatización) y el rechazo a cualquier política de retiros voluntarios.

Para los empleados públicos, salir a la lucha para quebrar el vaciamiento de dependencias, paso previo a la disponibilidad; el rechazo a todo tipo de tercerizaciones y a un plan de retiros voluntarios.

Para los desocupados, la lucha por el empadronamiento de los mismos, el subsidio de 600 pesos, la organización a través de delegados en los barrios que eliminen la dictadura de los punteros y organicen el reparto de la ayuda oficial.

Para la juventud, la unidad junto a los trabajadores para imponer la derogación del Código de Faltas y (…) el levantamiento del proceso a los dirigentes de Luz y Fuerza.

De conjunto, y en particular para los metalmecánicos, luchar por la prohibición de los despidos y suspensiones, la reducción de la jornada laboral y el reparto de las horas de trabajo, y levantar el reclamo de un salario mínimo legal de 600 pesos.

(…) Realicemos asambleas en los lugares de trabajo y en los gremios.

La ley privatista debe ser derogada: constituyamos un frente de rechazo. (…)

Dos temas unidos

Para el activismo obrero que ha visto dilapidarse las energías puestas en movilizaciones y luchas en Córdoba, cuna del clasismo, hay que plantearse la constitución de agrupaciones clasistas. (…)

Los trabajadores votaron hace un año y medio a De la Sota para sacarse de encima al menemista Mestre. El resultado es una dolorosa experiencia. (…) La conclusión es que (…) está planteada la tarea de constituir un partido propio (…), la construcción de un partido obrero.