Para que todo saliera como tenía que salir, más de 600 compañeros trabajaron a full. Esto sin contar el trabajo de las comisiones en las jornadas previas, preparando todo, detalle por detalle.

• Armado: A las 6 de la mañana del sábado 14 se cargaban los elementos para armar el Pic-nic, y tres horas después cuarenta y cinco compañeros, con Aldo a la cabeza, desembarcaron en el lugar para preparar todo para el día siguiente. Los más heroicos: los treinta y pico que después del Pic-nic se quedaron haciendo el desarme hasta las seis de la mañana del lunes. Un aplauso.

• Buffet: Bajo la batuta de Lidia y Olegario, decenas de compañeros hicieron posible el gigantesco buffet del Pic-nic. A las 6 de la tarde no quedaba ni una medialuna, y eso que por la mañana parecía haber comida para cuatro regimientos.

• Recreación: Más de 400 chicos de 4 a 12 años concurrieron a esta actividad, con payasos, show y talleres de murga, y juegos varios. Cuarenta compañeros colaboraron en la tarea, organizando a los pibes, actuando, cantando y jugando con ellos, y liberando a los padres por unas horas. Muy agradecidos los chicos y los padres.

• Video: El Ojo Obrero montó su stand, en el que se proyectaron nueve documentales realizados por el grupo. También expusieron una importante muestra fotográfica. Como en los “cines continuados”, la carpa de proyección siempre estuvo llena.

• Debates: Se realizaron dos importantes mesas redondas: “La mujer y el Argentinazo”, y “La lucha contra el gatillo fácil”. Se destacó una aguda politización en las intervenciones de panelistas y público.

• Radio Abierta: Musicalizó, publicitó, leyó adhesiones y saludos, convocó a la Marcha Nacional, ayudó a encontrar a los chicos que se perdían. Una gran organizadora del Pic-nic.

Vaya también nuestro agradecimiento a todos los demás compañeros: a los trabajadores del Parque Pereyra Iraola, a los de nuestra carpa de Sanidad y al personal de la ambulancia de la Municipalidad de Berazategui, que atendió a una cantidad de compañeros; a los compañeros de seguridad, a los que tuvieron a su cargo la librería, a los que expusieron sus artesanías, y a todos los que involuntariamente podamos omitir aquí.