El envenenamiento de las condiciones de trabajo en la fábrica gráfica Tintas Letta, contra cuya insalubridad Miguel Hermosa luchó hasta el cierre de la planta, se llevó a este compañero cuando tenía aún muchas ganas de seguir luchando. Delegado combativo por casi 20 años, enfrentó en grandes luchas en defensa de sus activistas, al más podrido, gorila y antiobrero de la familia Terra, socio de los Vigil, heredero de la familia de los dictadores uruguayos.

Miguel fue fundador de la Lista Naranja y sus primeras armas políticas las hizo en el MAS hasta que el Frepu –la alianza del MAS y el PC–, colocó a Villaflor, burócrata ongarista, a la cabeza de la primera versión de Izquierda Unida. Allí empezó una ruptura que completó en la rica lucha política de la Naranja Gráfica contra los 21 puntos de la CGT ubaldinista, que encontró otra vez al MAS del lado de la burocracia sindical.

Su oposición interna dentro del MAS impulsando un frente de trabajadores con el PO, por la ruptura con el stalinismo criollo, sostenedor primero de la burocracia de los “25” y después del ongarismo (peronistas “progresistas” de la época), fracasó, aunque más adelante llevara al estallido del MAS. Miguel se anticipó pasando a las filas del PO.

Fue gran activista de la última elección en la que la Naranja sacó casi el 40% de los votos; reiteró una vez más: “Los tenemos que sacar a patadas”. La quiebra de Letta y su ocupación por los obreros no conoció esta etapa de control obrero abierta desde la rebelión popular. El vaciamiento se llevó la indemnización de los compañeros y la vida no le alcanzó a Miguel para esperar el fallo de la podrida justicia laboral de la burguesía.

Pero, a pesar del plomo en la sangre, de su pérdida descomunal de peso, el 4 de abril, en La Plata, Miguel decía presente con los piqueteros del Polo Obrero de José C. Paz. Nuestro último contacto fue en el piquete.

Miguel, hasta la victoria del clasismo y de la clase obrera.