El 26 de octubre funcionarán 30.400 mesas en toda la provincia de Buenos Aires y 24.700 mesas en los 48 distritos donde el Partido Obrero presentó listas municipales. Estas cifras retratan la magnitud de la tarea planteada en materia de obtener fiscales para defender los votos del PO durante el comicio o en el recuento final.

En elecciones anteriores fue notoria la ‘desaparición’ de boletas de los partidos que no contaban con fiscales. La fiscalización es una lucha en la que miles de militantes y simpatizantes del partido van a enfrentar a los grupos organizados de los partidos patronales, muchos de ellos verdaderos expertos en manipulación.

Para los partidos patronales el fiscal es una fuerza de choque. Para eso los contratan a un precio, algo similar ocurre con los remiseros. Así se especula con las enormes necesidades de los trabajadores. Solo si obtenemos miles de fiscales que cubran miles de escuelas podremos dar una batalla contra ese fraude nunca denunciado de los partidos que son y fueron gobierno en la Argentina.

¿Qué objetivos debemos fijarnos?

Tenemos cinco mil suscriptos y una enorme cantidad de compañeros que se han ligado al partido en el curso de esta campaña, que han concurrido a los distintos actos y charlas; con todos ellos debemos sumar los miles que se necesitan para fiscalizar.

En algunos lugares donde la penetración del partido es importante podremos lograr un fiscal en cada mesa. Esto lo podemos conseguir en Mercedes, Pehuajó, San Lorenzo o Cruz del Eje, y en los grandes distritos de Buenos Aires obtener un fiscal general por escuela.

Las tareas que se asigna un partido que pretende intervenir decisivamente en el entierro de este régimen político deben estar siempre vinculadas al interés y la satisfacción de los explotados. Detrás de cada fiscal del partido y su programa hay un potencial constructor de una alternativa obrera de lucha, que cifra una esperanza en construir un gran partido de la clase obrera.