Partido

19/8/2004|864

Nuestro homenaje a Cristian Medina

En la madrugada del día 15 se in­cendió la vivienda de Cristian. Los esfuerzos de su familia por rescatarlo con vida fueron vanos: la casilla de madera se transformó en un infierno mortal en pocos minu­tos. Cristian tenía 20 años.


Poco importa ahora lo que una posterior pericia policial pueda en­contrar como causa directa del in­cendio. A Cristian se lo llevó la mi­seria. La misma que inunda a todos los barrios de Zárate: casillas de madera, puertas mal construidas; parches para poder arrancar un po­co de “vivienda” a una sociedad que niega este derecho a la población trabajadora.


Es historia repetida. El que no se repite es Cristian. Cristian se ha­bía rebelado contra todo este siste­ma brutal que le negaba un futuro y lo llevaba a trabajar por 8 pesos diarios para un patrón en la quema, transformándolo en carne fresca y barata para los capitalistas que lu­cran con el reciclado.


Pero no se rebeló a medias. Cristian se había transformado en un luchador íntegro del Partido Obrero; en un luchador por una nueva socie­dad. Estaba organizando a los jóve­nes de Villa Negri, para arrancarlos de la misma a que los condena la fal­ta de trabajo, de derecho al estudio, del derecho a divertirse sanamente sin temor a la policía de gatillo fácil; en fin, del derecho a vivir. Cristian or­ganizaba la lucha por la dignidad de esos jóvenes a los que el sistema quie­re estigmatizar como “marginales’ para justificar la represión.


Los militantes del Partido Obrero y el Polo Obrero perdimos a un compañero noble y franco. Los trabajadores perdimos a un joven luchador. El fuego no detendrá a Cristian: cientos se levantarán en Zárate con sus ideas, luchando por una vivienda digna y por todos los derechos de la juventud.