La campaña estaba débil, con algunos compromisos cuya concreción se demoraba. El trabajo de suscripciones caminaba muy lentamente.

 

Hace quince días, luego de un balance de la actividad, se tomaron resoluciones que empezaron a revertir la campaña. Comenzamos repartiendo 25 periódicos en “consignación”, proponiéndoles a los compañeros que lo llevaran, que lo leyeran (explicando lo de las suscripciones) y, en el caso de que no les interesara, lo devolvieran. Ahí la campaña pegó un salto. Primero, casi nadie lo devolvió; aun los que no se comprometieron a suscribirse lo pagaron; de los 25 entregados, 16 compañeros aceptaron suscribirse el día de cobro. Por problemas de falta de tiempo ese día sólo pude cobrar 11 de los 16 compromisos, pero logré aumentar a siete, por ahora, el número de nuevos compromisos.

 

Expliqué a los compañeros cómo se abarata la prensa comprándola por un año y que esto permitiría un importante acceso de los trabajadores a una prensa que defiende nuestros intereses. En la fábrica, a partir de esto, se ha elevado la discusión política, se habla de “los motines”, de la “vaca loca”, del convenio Fiat-Smata; en algunos casos no entregué el periódico pero hice una fotocopia del artículo inicial de la campaña. Empecé incluso a tener algunas sorpresas, porque un compañero me rechazó en principio la suscripción y luego me dijo que la aceptaba; cuando le pregunté la razón del cambio de opinión, me dijo que un compañero de su sector le dijo que el diario “había que leerlo porque era muy interesante”.

 

La campaña ahora sí camina y nos proponemos un objetivo de 30 suscripciones para el 6 de mayo.