Partido

9/10/2003|820

Un merecido reconocimiento

El martes 30/9 falleció Hilda Alvarez, madre de Ricardo, Víctor y Marcela, e hija de la abuela Yolanda. Todos ellos, miembros del Polo Obrero de Ituzaingó.


Para tener una idea de la calidad humana y militante de estos compañeros podemos mencionar que la abuela Yolanda, a pesar de sus casi ochenta años, es una luchadora constante e incansable que participa de movilizaciones y piquetes con la fuerza de cualquier compañero joven que recién comienza a dar sus primeros pasos en la lucha. En cuanto a Ricardo, el día que se acercó al Polo Obrero, lo hizo por el mismo motivo que lo hacen miles de jóvenes, o sea, buscando una alternativa a esta inmundicia a la cual los explotadores nos intentan condenar; con el correr del tiempo se destacó como un gran organizador del Polo en su barrio, y ya como delegado puso la fuerza de sus veintiún años al servicio del crecimiento de esta organización a la cual sintió como propia. El día de la movilización de la mujer por el derecho a los anticonceptivos gratuitos para no abortar y el aborto legal y gratuito para no morir, teniendo a su madre internada y en grave estado, decidió participar de la misma; el motivo es muy simple: se había comprometido a acompañar y cuidar a las compañeras, una actitud que lo pinta de cuerpo entero y nos enorgullece como revolucionarios.


El día 30/9, mientras se realizaba el plenario de delegados del Polo Obrero de Zona oeste, plenario en el cual participó Ricardo, nos enteramos de la desgraciada noticia, noticia que nos llenó de tristeza e impotencia.


En estos momentos, donde el dolor de la familia se hace irresistible, queremos darles todo nuestro apoyo como compañeros que somos, y, en cuanto a Ricardo, debemos admitir con gran orgullo que con compañeros como él, el futuro de la clase obrera, o sea el socialismo, es un hecho irreversible.