Partido

19/12/2002|785

Una fiesta para la historia

El Pic-nic 2002 del Partido Obrero fue una jornada memorable. Organizado en el curso de una muy intensa movilización política – entre el XIII Congreso Nacional del Partido y la Marcha Nacional del 16 al 20 – , la militancia del PO, del Polo y de la UJS rompieron todos los récords de asistencia: siete mil compañeras y compañeros compartimos un día de esparcimiento tras un año de luchas que ya están en la historia de Argentina y de la clase obrera.


El Pic-nic combinó la fraternidad obrera, un clima familiar, diversión, respeto mutuo y la “complicidad” de los que han convivido en las necesidades, en la lucha y hasta en el peligro de los grandes combates del año. Todo eso facilitó el buen desarrollo de las actividades previstas y resaltó el salto político que miles de compañeros han dado en el año que está terminando.


En muchos todavía estaban presentes las palabras de Altamira en el Pic-nic anterior, pocos días antes del Argentinazo, anunciando el inicio de la rebelión popular, la convocatoria a armar asambleas populares en cada barrio, alrededor de cada lucha obrera, en los municipios y las provincias; a echar a De la Rúa y a imponer una Constituyente soberana.


Casi 1.500 compañeras y compañeros intervinieron en los distintos campeonatos, sin que se produjera una sola riña.


Las actividades tuvieron concurrencias masivas, destacándose las intervenciones de Pitrola y Christian Rath, el espectáculo central, el de los chicos, el stand del Ojo Obrero… Ni hablar del extraordinario buffet, que superó las expectativas. La actividad deportiva, impresionante, merece una nota aparte.


La inminencia de la Marcha Nacional sobrevoló la jornada, tanto en los discursos como en el espíritu de los asistentes. Toda la tensión de lucha por las jornadas históricas que se avecinan se expresó en el Pic-nic bajo la forma de una impresionante camaradería.


No sólo hemos cumplido con lo que ya es una tradición del Partido Obrero: el Pic-nic del 2002 reflejó el grado de maduración política de la vanguardia obrera y juvenil de este país, que se prepara objetiva y subjetivamente para asumir el desafío que nos imponen los tiempos: imponer una salida obrera a la crisis nacional.