Partido

10/11/2005|924

9.000 PERSONAS EN MAR DEL PLATA | Contra Bush y sus cipayos

Convocatoria antiimperialista

La marcha de la izquierda, el movimiento piquetero y las expresiones combativas del sindicalismo y el movimiento estudiantil, hasta las vallas que custodiaron a Bush, fue un éxito político enorme.

Lo fue desde la condición más difícil. En medio de una ciudad vacía y paralizada, sin puerto, sin clases, sin transporte, sin comercios y militarizada. Luego de la gran puesta en escena de Bonasso y Maradona, discurso de Chávez incluido, en el estadio mundialista. Compitiendo con una marcha virtualmente oficial financiada por el propio Estado, que fletó un mar de trenes y micros.

En esas condiciones, llegamos unas 9.000 personas, aplaudidas en todo el recorrido, con público en las veredas de Independencia y de Colón y con no menos de 500 personas esperando en la confluencia de Colón y Corrientes, donde estaba emplazado el “tercer anillo” con tropas de infantería, a unos 500 metros de la Cumbre de los presidentes que empezaba en ese instante.

El componente de la marcha creció enormemente en su lento recorrido, con la gente que se fue sumando a medida que superaba el bloqueo de la suspensión del transporte público y fundamentalmente jóvenes y activistas que participaron de la “Cumbre de los Pueblos”, parte de ellos de delegaciones internacionales.

A la cabeza, tras los dirigentes, un enorme cartel elaborado por el PO, con las consignas “Fuera Bush, No al pacto Kirchner-Bush-FMI, Fuera Argentina de Haití”. Esto como resultado del sorteo que colocó al PO a la cabeza de la marcha.

La convocatoria se transformó en la “tercera” frente a la Cumbre y a la mal llamada “contracumbre”. Hora a hora, la formidable acción política del PO en Mar del Plata, la fue instalando políticamente con la denuncia del copamiento oficial de la “Cumbre de los Pueblos” por parte de Bonasso, D’Elía y cía, por un lado. Con la denuncia de Kirchner y su pedido de mediación a Bush para seguir en las garras del FMI, por el otro.

Fue estrictamente la acción política del PO la que construyó la marcha en su contenido independiente, porque desde el vamos, en la conferencia de prensa del Bauen, el MST y la CCC evitaron toda caracterización de la “Cumbre de los Pueblos” y llamaron a participar en ella. Partimos de una escisión para lograr luego la unidad alrededor de un claro programa antiimperialista.

Esta realidad se profundizó desde el martes al viernes, durante toda la “Cumbre de los Pueblos”, en la que la izquierda que participó en ella estuvo totalmente disuelta atrás de los representantes del gobierno con su “Tren del Alba” y lulistas y frenteamplistas, cuyos gobiernos dejaron a Kirchner hecho un poroto. Lula, preparando su reunión a solas (con promesa de Alca de postre) posterior a la Cumbre, considerada por los medios internacionales como “más importante que la Cumbre”. Tabaré, apurando el tratado bilateral de inversiones con EEUU, que prohíbe el comercio con Cuba, tras la aprobación parlamentaria de las maniobras con tropas americanas en el operativo Unitas.

La “contracumbre” fue muy pobre en concurrencia durante la semana, pero por sobre todo obró de taparrabos de los gobiernos seudoprogresistas y nacionalistas de la región. En ella no faltaron denuncias como la de los haitianos en el sentido de que la OEA está barruntando la creación permanente de tropas ligeras conjuntas para ahogar cualquier rebelión social de nuestros pueblos. Ellos saben mucho de esto, pero la “contracumbre” careció de un programa que denuncie a los gobiernos de Lula, Lagos, Tabaré y Kirchner, cuyas tropas intervienen en Haití y cuyo retiro incondicional la “contracumbre” no ha planteado, diluida en las denuncias generales contra “el militarismo”. La pobreza más grande de la “contracumbre” fue el carácter desmoralizador de su planteo para los activistas participantes, habida cuenta que la “América posible” es esta de Bush, Lula y Kirchner, gobernando para los mismos monopolios capitalistas y para el mismo FMI.

Semejante copamiento oficial, generó disputas por parte de activistas estatales y de la CTA que amenazaron con otra marcha paralela a la de D’Elía, pero que nunca ocurrió. Carecían de masa crítica y de coraje político frente al despliegue de los micros de la FTV y de Barrios de Pie, soporte mayoritario, cual acto de campaña kirchnerista, de la “caminata” de unas 20.000 personas que encerraron en el estadio mundialista para evitar toda manifestación de lucha contra Bush, Kirchner y las vallas que militarizaron Mar del Plata para custodiar al genocida. Allí marcharon Echegaray, Walsh, Cafiero, Ripoll, pidiendo pista, aunque sea como furgón de cola.

La acción del PO, fue una escuela revolucionaria. Los 1.200 periódicos colocados en la semana, el acto público que ganó la tapa de Crónica y una buena repercusión nacional, la gran acción en el puerto destinada al trabajo político con la clase obrera, fueron los instrumentos para hacer frente a la intimidación policial y al copamiento político. Los diarios, radios y canales locales nos registraron diariamente. Hacia el jueves, estaba impuesta la “tercera marcha” para el viernes 4 de noviembre.

En nuestro acto del jueves 3, en pleno centro, a metros de las vallas, denunciamos los campos de concentración de Bush, réplicas de los de la dictadura videliana, no sólo en Guantánamo, también en Hungría, en Tailandia, en Rusia, las invasiones a Irak, Afganistán, las masacres palestinas, la amenaza a Siria e Irán, las bases militares en Colombia, Ecuador, el ingreso de tropas yanquis con inmunidad a Paraguay, mientras las “democracias latinoamericanas” se aprestaban a firmar un documento común con el Estado genocida de Bush, pasando la esponja a todas sus tropelías en el mundo.

Desde allí denunciamos a los 500 empresarios argentinos que escucharon como chicos de jardín de infantes al embajador Lino Gutiérrez decirles que el Alca se impondrá, sea en el 2005 o en el 2010, en toda América, después que se lo han impuesto a 29 países mediante sus gobiernos cipayos de todo color y pelaje. Denunciamos que Lavagna acepta el Alca “si bajan los subsidios agrícolas”, como si sin ellos cambiara la relación semicolonial de nuestras naciones, reforzada precisamente por ser exportadores primarios. Pero el propio Miguens, de la Sociedad Rural, salió a defender el Alca, mostrando que la burguesía argentina, aún agraria, es la socia del saqueo imperialista hasta sus últimas consecuencias.

Con las organizaciones convocantes la batalla política fue hasta el minuto final. Nadie quería incluir las consignas contra Kirchner, en función de una amplitud de la “Convergencia Antiimperialista” que jamás se plasmó. Por el contrario, IU terminó toda adentro de la “contracumbre” y la CCC también, mediante delegaciones.

Igualmente, los petardistas de Cuba-MTR sólo apuntaron contra Bush, por eso fue imposible un cartel único de la marcha con todas las consignas; para ellos el problema era “tirar las vallas”, algo que jamás pasó de sus fantasías. Fue el sorteo el que nos dio un primer lugar ganado en la lucha política, y nos permitió colocar las consignas anti-Kirchner en la cabecera de la marcha.

Las vidrieras rotas cuando desconcentrábamos, por globalifóbicos, lúmpenes y algunos grupos locales, ampliadas por la prensa, no pueden o no deben tapar este carácter esencial de la manifestación política, que desplegó una convocatoria antiimperialista, de izquierda, obrera y combativa, independiente de Kirchner y de su política proimperialista, en Mar del Plata y en todo el país.

Néstor Pitrola