Partido

10/12/2009|1112

A los compañeros y amigos del Partido

El primero de diciembre, a las 18:30, el amor de mi vida, con tranquilidad, lentamente, dejó de respirar y su cara fue un espejo maravilloso de paz interior.

No encuentro palabras que puedan explicar este dolor terrible y desgarrador. Fuimos compañeros y amantes por veinticinco años. Tuvimos un hijo y formamos una familia especial junto a sus dos maravillosas hijas.

Ahora no tengo claro cómo seguir, con la mitad que me falta. Sé que lo haré, porque sigo respirando su presencia de luchador incansable.

Y porque los amigos y compañeros del partido nos apoyan, con ese afecto y solidaridad que sólo pueden brindar los verdaderos revolucionarios.

No sé cómo agradecerles a todos los que se acercaron a saludarnos, agregar un comentario, una experiencia personal, un reconocimiento hacia Gurí.

Las palabras de Christian, rigurosas y llenas de calidez y amor, nos llenaron el corazón y fueron para mi hijo y para mí muy conmovedoras.Para sus hijas, que alguna vez de niñas y con amor de hijas, le cuestionaron al Partido “robarle” un poco al padre, fueron un maravilloso descubrimiento para revalorizar y entender desde otro lugar.

La madre, que se opuso a la militancia de Gurí en la secundaria y después también, cuando escuchó las palabras de Christian y de Jorge, dijo: “Ha sido una pena no haber entendido a mi hijo de joven. ¡Estoy muy orgullosa de él!”

No podía creer tanto afecto y admiración.

Quisiera agradecer especialmente al compañero que vino del acampe en Plaza de Mayo, con un tesoro entre las manos. Se acercó y me dijo que Gurí siempre había estado presente, acompañándolos, y que su libro sobre el movimiento piquetero había sido muy importante para ellos. Me entregó una gorra del Polo Obrero, que habían decidido mandar entre todos los compañeros. No la pude poner sobre el cajón. Perdón. Se me quedó apretada entre las manos. Y la traje a mi casa. Está en su escritorio, al lado de las cosas que amaba. A ese compañero que no conozco, muchas gracias.

Muchas gracias también a todos los chicos de la UJS que acompañaron a mi hijo.

Tantas expresiones de amor hacia mi amor, apaciguan mi dolor.

Un saludo amoroso a Savas y Katerina.Viva el socialismo.