Partido

10/4/2008|1032

A Schuster hay que mandarlo a un Observatorio

El viernes 4 de abril, el decano de la Facultad de Ciencias Sociales "rompió el silencio". Durante años, las autoridades de Sociales permanecieron al margen de los grandes debates nacionales. Su mutismo no respondía a la falta de un alineamiento político con el matrimonio presidencial, sino a que esta adhesión es minoritaria en nuestra casa de estudio. La magnitud de la crisis política desatada por el paro rural se mide, entre otras cosas, en que obligó al decano Schuster a respaldar abiertamente al gobierno.

Schuster le presentó a la Presidenta un documento que no fue consensuado por nadie. Lo hizo a título personal. Schuster puso a la facultad al servicio de la política oficial, se colocó a disposición de Cristina Fernández para emprender una ofensiva de regimentación mediática, con el respaldo de la autoridad académica de la facultad.

El planteo de Schuster es un ataque manifiesto a la libertad de expresión. El estado de derecho y el régimen democrático que Schuster llama a defender puso en manos privadas los medios de comunicación. Este gobierno es el responsable, además, de la extensión del conjunto de sus licencias por un plazo de 10 años (decreto 527/2005).

¿Qué pretende Schuster? ¿Que, como ocurre en Santa Cruz, los medios estén bajo el control directo del poder presidencial? Si está tan preocupado por la intervención de los medios en los conflictos sociales, ¿por qué no ha denunciado públicamente lo que ocurre en Río Gallegos, donde el ex chofer de la familia presidencial, Ruddy Ulloa, es propietario de la FM del Carmen, el Periódico Austral y Canal 2, y manipula hasta lo absurdo la realidad y persigue mafiosamente a los críticos del matrimonio presidencial?

El decano de la Facultad donde se enseñan las ciencias sociales denuncia que las declaraciones y opiniones de algunos periodistas "llenan de vergüenza e indignación por sus contenidos clasistas", lo que es profundamente "regresivo". Semejante retroceso ideológico sólo puede ser obra de mercenarios políticos, no de científicos sociales.

Lo que Schuster no dice, ni le interesa, es quién controlará al gobierno, que miente de manera sistemática. Por ejemplo, ¿Schuster denunciará el índice trucho del Indec, que sirve para que las paritarias fijen aumentos salariales por debajo de la inflación, o denunciará a los que critican el índice trucho del Indec?

Schuster y su "observatorio" pretenden ponerle un bozal a cualquier expresión de oposición política al gobierno "nacional y popular". Claro que como la gran burguesía monopoliza los medios de prensa, entre ellos llegarán a entenderse. En definitiva, lo que quedará en pie será la censura a las manifestaciones obreras y socialistas de oposición al gobierno.
Schuster pretende que la prensa publique verdades impolutas y comprobadas. De ser así, los diarios vendrían con todas sus páginas en blanco. Esto porque la política no es una competencia entre la "verdad" y la "mentira"; es la expresión de una lucha de intereses sociales contradictorios… algo que un decano de Ciencias Sociales debería saber. Cada una de las clases y partidos miente, y está obligado a hacerlo, en defensa de los intereses sociales que representa. ¿Alguien supone que Techint va a decir que defienden el "dólar alto" porque le deja enormes beneficios? ¿O que De Vido reconocerá que impulsa el "tren bala" porque le dejará un jugosísimo "peaje"?

La manipulación de la información es propia de la lucha política. Bush declara, y la prensa lo repite, haber emprendido una "guerra contra el terrorismo"… cuando él mismo es el mayor terrorista del planeta. La invasión de Irak costó la vida de un millón de sus ciudadanos. ¿Cómo se termina con esa manipulación? ¿Terminando con el régimen político terrorista o con el "observatorio" de Schuster?

Nicolas Sarkozy pidió a las Farc la liberación de Ingrid Betancourt por "razones humanitarias". Sólo la manipulación de la información, que Página/12 despliega desde la tapa, puede presentar como preocupado por cuestiones "humanitarias" al hombre que envía tropas francesas a masacrar a los pueblos de Afganistán y del Africa, y que alega un canje humanitario para rastrear a guerrilleros y asesinarlos.

Cristina Kirchner y la Iglesia declaran que defienden el "derecho a la vida" para condenar a una muerte segura a miles de mujeres en abortos clandestinos. ¿Qué dirá Schuster de las manipulaciones de la información de su propio gobierno?

La población – y las distintas clases que la integran-  no puede llegar a una conclusión acerca de qué políticas y qué partidos defienden más efectivamente sus intereses si no es por el debate libre de las posiciones partidarias. Para ello es necesario el libre acceso de todos los partidos y tendencias a los medios de prensa y el libre debate de las ideas y posiciones de cada uno, incluidas sus mentiras y manipulaciones, las que sólo podrán ser desenmascaradas por esta confrontación política. Es a partir de esta confrontación – no de la regimentación establecida desde el Estado-  que el pueblo podrá llegar a sus conclusiones.
El planteo de Schuster, al contrario, pretende cercenar la libre publicación de ideas y, por lo tanto, el debate político de la población. Es un planteo totalitario, que debe ser frontalmente combatido.

Las contradicciones sociales no podrán ser acalladas a través de la censura de prensa o de la manipulación mediática.

La descomposición del nacionalismo burgués y el retroceso teórico de sus científicos sociales pone de manifiesto, una vez más, el lugar histórico irremplazable que tiene la construcción de una alternativa obrera y socialista.

 

Christian Henkel (presidente de la Fuba, representante estudiantil de Ciencias de la Comunicación)