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15/5/2008|1037

Abajo el tratado Israel-Mercosur

Legitima la ocupación de los Territorios

Eduardo Sigal, subsecretario de Integración Económica Latinoamericana de la Cancillería argentina, viajó a Israel para explicar, como si ello hiciera falta, a centenares de empresarios sionistas las "bondades" del acuerdo de "libre comercio" firmado entre Israel y el Mercosur en diciembre pasado.

El ex "comunista" haría mucho mejor en explicar sus "virtudes" en Argentina, donde la firma del acuerdo con Israel se ha convertido en un "secreto de Estado". Sólo se habla de él en los restringidos "encuentros de negocios" organizados por el Banco Credicoop o por la Cámara de Comercio Argentina-Israelí, manejada por los kirchneristas Werthein, Midlin y Elsztain.

Para que el acuerdo entre en vigencia deberá ser aprobado por los parlamentos de los respectivos países. Como ya aclaró Alexander Ben-Zvi, director de la Cancillería israelí para América del Sur, "no hace falta esperar que todos los países que integran el Mercosur, si Argentina ratifica el tratado, entra en vigencia a nivel bilateral" (Agencia de Noticias Judía, 25/3).

El acuerdo de "libre comercio", firmado el 17 de diciembre en Montevideo, otorga beneficios impositivos y aduaneros recíprocos a las exportaciones de Israel y al Mercosur. El acuerdo extiende esas ventajas a todas las "zonas israelíes exclusivas", lo que incluye a los asentamientos sionistas en Cisjordania. Aunque según la legislación internacional, estos asentamientos son ilegales, los "nacionales y populares" los reconocen como parte integral de Israel al extenderle los beneficios del "libre comercio". Esto explica que el funcionario sionista Ben-Zvi reconozca que el acuerdo es, más allá de su importancia económica, muy importante para Israel desde el punto de vista político.

El incremento del comercio del Mercosur con Israel, que es el objetivo del acuerdo, refuerza al Estado sionista en la guerra económica que viene librando contra el pueblo palestino. Israel expulsó a los palestinos de sus tierras de labranza, está construyendo un muro en Cisjordania que separa a los granjeros palestinos de sus tierras, bloquea el comercio palestino en Cisjordania mediante la imposición de centenares de bloqueos y retenes militares, impide la provisión de materias primas para las industrias palestinas y el ingreso de los bienes producidos a Israel (y por esta vía, su exportación al resto del mundo), mantiene un bloqueo criminal sobre Gaza, destruye sistemáticamente las plantaciones de olivares de los palestinos, monopoliza las escasas fuentes de agua de la región. No hay "libre comercio" con Cisjordania ocupada y con Gaza bloqueada.

El tratado refuerza a los grupos capitalistas de Israel que se benefician de esta guerra económica. La industria israelí es, en gran medida, una armaduría basada en patentes norteamericanas; por esta vía, los "antimperialistas" del Mercosur abren sus aduanas a la penetración norteamericana.

Al firmar el acuerdo con Israel, los "nacionales y populares" están por detrás de los demócratas de Estados Unidos, que se niegan a ratificar el tratado de "libre comercio" firmado por Bush con Uribe por las sistemáticas violaciones de los derechos humanos del régimen colombiano.

Mientras Sigal conspiraba en Tel Aviv, en Brasil del diputado Raul Marcelo, del PSOL, denunció que "el acuerdo garantiza beneficios fiscales a un país que no cumple diversas resoluciones de la ONU (y) sería una forma de legitimación de los asentamientos creados por Israel en los territorios palestinos ocupados".

Movilicémonos y multipliquemos las iniciativas de todo orden para impedir la ratificación de un acuerdo que refuerza a los genocidas del pueblo palestino.

Luis Oviedo