Partido

13/8/2015|1376

Adiós Mica, militante obrera y socialista


 


El domingo 9 de agosto por la mañana, cinco jóvenes compañeros sufrieron un terrible accidente automovilístico, que terminó con la vida de Micaela Dramisino, quien tenía sólo 27 años y era militante de la UJS y el Partido Obrero en la Universidad de Buenos Aires. Juani, por su parte, pelea por su vida en terapia intensiva, mientras los otros tres compañeros -Lucas, Caro y Luna- sufrieron importantes heridas, si bien están fuera de peligro. El vehículo en el que viajaban fue arrollado por un colectivo, cuando estaban por llegar a la escuela de Burzaco donde iban a fiscalizar para defender los votos del Frente de Izquierda.


La congoja y el estupor nos embargan en estas horas aciagas. El dolor frente a la muerte de una querida compañera se agiganta por su juventud, y por lo absurdo de su causa, uno más dentro de miles de accidentes que podrían evitarse.


Quienes tuvimos la dicha de compartir actividades de militancia junto a Mica, sabemos que no pasaba desapercibida: era una compañera “todoterreno”, siempre dispuesta a las más diversas tareas, que realizaba con alegría y convicción. Transmitía la pasión única de aquellos que abrazan con firmeza las ideas socialistas en cada manifestación de lucha que exista, por pequeña que fuera. Militó, primero, en su facultad, donde cursaba estudios avanzados de Trabajo Social. Fue exponente de una generación integrada por numerosas compañeras de la carrera, que construyen y desarrollan el Partido dentro y fuera de ella, habiendo protagonizado un salto significativo en la influencia de las ideas socialistas en un ámbito antes formateado para convivir únicamente con el asistencialismo. Ahora mismo, desarrollaba su militancia en la Facultad de Derecho, su segunda carrera. En estos años, también, contribuyó con actividades en nuestros locales en la Ciudad, como el de Belgrano.


Su velorio ilustró la huella imborrable que nos dejó Mica: decenas de entrañables amigos y su tristeza desgarradora, y el paso incesante de sus compañeros de la UJS y el PO de las más lejanas localidades. “Vi su foto y la reconocí, ¡si estaba en todas las actividades!”, dijo una compañera que no había tratado personalmente con ella.


Te despedimos con una tristeza inconmensurable, pero con la certeza de que tu paso ha sido un eslabón insustituible de una larga cadena que tratan de romper y no logran: la de hombres y mujeres que luchan mancomunados por una transformación que barra para siempre con toda explotación social. Esta, la más humana de todas las tareas, se mezcla con los más humanos de los sentimientos: el compañerismo y la tristeza.


Adiós Mica, hasta la victoria.