Partido

16/4/2015|1359

Así se enfrenta la inseguridad


La indignación producida por el asesinato del joven médico residente Francisco “Pancho” Guerrero en manos de delincuentes convocó a una numerosa asamblea de vecinos el 9 de abril en el barrio El Mondongo de La Plata.


Sucede que, en los últimos años, el barrio se ha convertido en uno de los puntos con mayor índice de inseguridad del distrito. Dos meses atrás, el intendente Pablo Bruera, junto a un juez provincial, se había comprometido a llevar adelante medidas contra el delito organizado en el barrio, desde las redes de trata y el narcotráfico hasta el robo sistemático. Apenas una semana antes de la muerte de Francisco, el ministro de Seguridad de Scioli, el “sheriff” Granados, había dispuesto que 700 policías comunales patrullaran las calles platenses. El asesinato del joven médico anticipa el fracaso del reforzamiento del aparato represivo como protección ciudadana.


A la asamblea se acercaron funcionarios municipales, ediles de Massa y el comisario de la 9ª (donde desapareció Miguel Bru en los años ’90). Participamos masivamente y denunciamos la responsabilidad de los funcionarios políticos, policiales y judiciales en el asesinato de Francisco. Las redes de trata, el narcotráfico y la delincuencia en general sólo pueden prosperar bajo el amparo del poder estatal y de quienes viven de las cajas negras que les proveen estos “negocios”.


Los vecinos, que comenzaron reclamando luminarias, poda de árboles, cámaras de seguridad y mayor patrullaje pronto pasaron a denunciar y enumerar las guaridas de motochorros, los lugares clave que se han convertido en los corredores de zonas del narco y la trata de personas, de lo cual el comisario, insólitamente, decía desconocer.


El PO impulsa la organización independiente de los vecinos y el reclamo al Estado y los encubridores del delito.


Reclamamos el control popular de las comisarías, la apertura de los libros de guardia de la 9ª y la elección popular de fiscales y jueces. Como en la trágica inundación, los vecinos, compañeros de trabajo de Francisco, y trabajadores del hospital de la zona se unieron en una consigna: Bruera y Scioli son responsables.