El último 6/12 se llevaron a cabo las elecciones en todas las seccionales del gremio bancario; en la mayoría de ellas se presentaron, como es habitual, listas únicas, que con diversos matices responden a la conducción burocrática de Juan José Zanola, quien está a la cabeza del gremio desde hace casi treinta años.

Distinto ha sido el caso de la Seccional Buenos Aires.

Fruto de una antigua disputa que tiene sus orígenes en el Banco Nación, se armó una lista “opositora” con la venia de funcionarios nacionales (Alberto Fernández, Capaccioli) que apadrinaron “sotto voce” al candidato Raúl Fontana.

El candidato opositor formó parte de las huestes “zanolistas” hasta el día anterior a perder a manos de la candidata oficial, puesto que estuvo al frente de la Seccional Buenos Aires. Las elecciones se disputaron entre astillas de un mismo palo, y constituyen un nuevo fraude, puesto que tanto Zanola como su opositor cuentan con los mismos aliados y padrinos, todos en el gobierno de Néstor Kirchner.

Esto, sin contar con el hecho de que la afiliación al gremio es, no sin intencionalidad, cada vez más magra, por lo que se podría cuestionar hasta la representatividad de cualquier conducción.

Mientras tanto, los trabajadores bancarios seguimos siendo los convidados de piedra a la mesa de las paritarias, puesto que los representantes son elegidos “a dedo” por el secretario general del gremio.

 

Corresponsal