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14/12/2006|976

BUENOS AIRES, 8 DE DICIEMBRE DE 2006 | Respuesta al MST

Estimadas compañeras y estimado compañero:

Lamentamos tener que rechazar de plano cualquier posibilidad de una reunión política con ustedes, sobre la base de la carta abierta que nos han enviado y que está dirigida a un bloque político impreciso de “la izquierda, sectores populares, antiimperialistas, luchadores”.

Ocurre que la mencionada ‘carta’ es, visiblemente, un fraude político.

En primer lugar, porque el llamado a esa unidad indiscriminada contrasta con la temprana decisión tomada por ustedes y el MST de proclamarlos candidatos a las elecciones del año que viene. Entendemos que no se puede discutir una unidad política de cara a las elecciones con el método extorsivo de autoproclamar candidaturas. La carta llega al extremo de que es suscripta por esos mismos candidatos y deja detrás del escenario a la organización que las ha promovido, el MST. No sólo eso. Tanto los candidatos como la organización que los autoproclamó ya han comenzado su campaña electoral. No es posible avanzar hacia ningún lado sobre la base de condicionamientos. Para “explorar las posibilidades de acuerdos políticos”, como dicen en el texto, hay que comenzar por abandonar la extorsión y proceder, en primer lugar, a un intercambio de ideas sobre las perspectivas políticas y sobre el programa.

En segundo lugar, la carta se caracteriza por omisiones que no se pueden dejar pasar. No dice una palabra sobre la alianza política que el MST tiene anudada con el agrupamiento que lidera Mario Cafiero. En las elecciones pasadas, ustedes y el MST privilegiaron un acuerdo con este sector a un frente con el Partido Obrero. La lista de ustedes en la provincia de Buenos Aires fue loteada con Cafiero para ofrecer una posibilidad de ingreso a alguno de sus familiares a la Legislatura de la provincia. Hicieron caso omiso de las posiciones clericales de ese grupo y de su minúscula representación política, para poder quebrar un frente con el PO en las principales provincias. Recordemos que presentaron esa alianza con los colores positivos de un acuerdo con sectores que rompen con el peronismo. La referencia de la carta “a la participación del arco independiente” pareciera reiterar el planteo de un acuerdo con Cafiero, que ya rechazamos hace dos años. Este ocultamiento es poco menos que un fraude político, que no queda amenguado por el procedimiento de dirigirse al PO en el marco de una difusa “carta abierta” a sectores innominados.

Otro ocultamiento no menos evidente es las relaciones de ustedes y del MST con Izquierda Unida. Hasta hace relativamente poco el MST estaba llamando a reconstituirla. Como sea, Izquierda Unida sigue existiendo en Tucumán, donde todo indica que se prepara para intervenir en las próximas elecciones, y en Córdoba. Pero, como todo el mundo sabe, el Partido Comunista acaba de fomentar y concretar un frente en Entre Ríos que se extiende hasta la UCR y el peronismo de Lavagna. En la Capital Federal, uno de sus principales mentores está armando un frente con Aníbal Ibarra, mientras los otros mentores lo hacen con Claudio Lozano, el cual tiene sus vasos comunicantes con los primeros. De modo que aunque la carta de ustedes despotrica contra el oportunismo y el centroizquierda, IU se inscribe políticamente en ese campo. Creemos que el método político de la carta que nos han enviado consiste en ocultar también la permanencia de Izquierda Unida en algunos distritos y vuestra posición sobre su futuro.

En cuarto lugar, la carta produce literalmente estupefacción cuando no dice nada acerca del reciente Seminario de la Izquierda, convocado por ustedes y el famoso arco político al que aluden ahora, y al cual nuestro partido fue convocado a último momento. El MST se retiró del Seminario para evitar la prosecución del debate político. Este debate era una excelente ocasión para las ‘exploraciones políticas’ que ustedes reclaman ahora en su carta. Rompió el Seminario, porque lo había concebido como una maniobra faccional, pero debemos entender, a la luz de esta carta de ustedes que el MST evita calculadamente firmar, que esta maniobra también fracasó. Si ustedes creen necesaria “una nueva cultura política de izquierda”, deberían empezar por casa, o sea clarificar por qué rompieron el Seminario y la oportunidad política que ofrecía. ¿O pretenden que aceptemos un ‘replay’?

Más sorpresa provoca aún la ausencia de toda referencia a las recientes elecciones en la CTA, donde ustedes y el MST, por un lado, y el Partido Obrero por el otro, fuimos separados debido a una divergencia importante: si había que hacer o no un frente con la burocracia de la CTA. Ustedes y el MST dijeron que sí; nosotros y varias otras organizaciones de izquierda dijimos no. En el bloque sindical del MST se acuñó incluso la expresión de que había que “construir el clasismo” con la burocracia. La carta de ustedes hace mutis sobre todo esto. El MST, en cambio, acaba de ratificar la política que siguió en la CTA y lanzó como conclusión fundamental la necesidad de “combatir a la izquierda sectaria”. El ataque a la ‘izquierda sectaria’ y la insistencia en la alianza con los ‘oportunistas’ constituye una decisión estratégica, es decir, hacia el centroizquierdismo, hacia los burócratas y pichones de burócratas de la CTA, y hacia las posiciones democratizantes que quieren medrar bajo el Estado capitalista. El frente del MST en la CTA incluye a numerosos partidarios de Binner y del Encuentro de Rosario. A nosotros no nos interesa un ‘frente amplio’; combatimos al ‘frente amplio’. La pregunta que se impone es: el silencio de la carta sobre esta cuestión y la omisión de la firma del MST en la carta, ¿es un ocultamiento (vergonzante) para proceder a un cambio de posición y para adaptarse a nuevas circunstancias, o porque siguen parados en el mismo lugar? Sin estas clarificaciones, cualquier reunión exploratoria es inútil y sólo serviría como pretexto para disputas faccionales sin contenido político, o mejor, para evitar el contenido político.

Como ustedes seguramente saben, nuestro partido ha lanzado hace mucho un planteo de construcción revolucionaria, sobre una definida base política: obrera y socialista. Por eso ayudamos a construir la Lista 3 en la CTA. Desde esta posición fuimos a debatir sin condicionamientos al Seminario de la Izquierda. Entendemos a la campaña electoral como una campaña de luchadores obreros que levantan un programa de crítica al capitalismo, desde sus manifestaciones elementales como la explotación social y el empobrecimiento, hasta las que hoy dominan la realidad mundial —las catástrofes financieras, económicas, laborales y las guerras de opresión. En este marco, una alternativa obrera y socialista implica delimitarse del fenómeno que domina transitoriamente la situación de América Latina: el nacionalismo burgués. Planteamos oponer las reivindicaciones nacionales y democráticas a la burguesía nacional y al nacionalismo, para separar a las masas de una y del otro. Planteamos la independencia política del proletariado.

Por último, a ustedes y, en especial, a todos los que lean esta carta nuestra de respuesta, les hacemos llegar la siguiente observación. Los partidos, organizaciones y grupos que se han puesto la etiqueta de “la izquierda que se une”, no hacen más que dividirse. Reivindican el debate y la ‘nueva cultura’, pero no pueden convivir, con sus divergencias, en el marco de una misma organización de lucha. Advierten contra la autoproclamación, pero son los primeros en autoproclamarse. Transforman a la unidad en un esquema oportunista, porque carece de contenido programático y por lo tanto de límites.

La verdad es como es, lo que no tiene es remedio.

Los saludamos fraternalmente.

Comité Ejecutivo Nacional – Partido Obrero

8 de diciembre de 2006

PD: Una copia de esta carta está siendo remitida a las organizaciones que integran la Lista 3 de la CTA.

Comité Ejecutivo Nacional – Partido Obrero