Aún con adversidades climáticas, nuestro campamento fue un éxito. Varias decenas de compañeros estuvieron todos los días o se acercaron al campamento.

Con la presencia de compañeros de Mendoza, de San Juan y de Chile desarrollamos dos cursos de formación, con el objetivo de dotarnos de herramientas para intervenir en la realidad que enfrentamos.

A la luz de comprender que la lucha por el poder político de los trabajadores implicaba la necesidad de desarrollar un gran partido obrero, mediante la tarea de la agitación y de la propaganda, nos lanzamos con más fuerzas al gran desafío que implica la lucha por una alternativa obrera y socialista.

La vuelta estuvo cargada de emotividad, debido a la despedida de los compañeros de Chile. Estos, más que compañeros, se trasformaron en hermanos de la misma causa, del otro lado de la cordillera. Nos une la lucha por refundar la cuarta internacional con las tesis y los métodos de la CRCI. Quedaron planteadas enormes tareas. En primer lugar, el lanzamiento de la campaña política en Mendoza y en San Juan, para postular a la izquierda como alternativa de poder; la lucha por la condena perpetua a Pedraza y a los asesinos de Mariano; el triunfo de los trabajadores por paritarias libres.

Hoy más que nunca: ¡vamos que no bajamos las banderas, vamos con la izquierda verdadera, para que gobierne en todo el mundo la clase obrera!