Partido

1/9/2005|915

Carta a los trabajadores y a la comunidad

Rosario, 28 de agosto de 2005

Como todos sabemos, las trabajadoras y trabajadores del Hospital Centenario salimos a luchar unidos en los años 2003 y 2004 en defensa de nuestros salarios.

Hoy, como resultado de esta lucha, el Gobierno de la Provincia nos empieza a atacar con sumarios administrativos y pedidos de cesantías a aquellos que reclamamos por nuestros legítimos derechos laborales.

Esto no es un capricho por parte de quien nos gobierna sino que se enmarca en hacer callar el derecho que tenemos los trabajadores a tener un trabajo justamente remunerado, a cobrar el aguinaldo estipulado por la ley y no menos del 50% como se nos está liquidando hoy, a trabajar en blanco y con todos los derechos laborales y a cobrar un sueldo igual a la canasta familiar (artículo 14 bis de la Constitución Nacional).

Ante esto debemos repudiar cualquier ataque destinado a hacer callar nuestros reclamos a través de las persecuciones (sumarios y pedidos de cesantías, como sucede en varios hospitales de la provincia).

Hoy me persiguen a mí, Daniel Digirolamo, enfermero del hospital desde hace 17 años, realizándome tres sumarios administrativos, no por ser un mal compañero ni un mal trabajador, sino por haber estado junto a mis compañeros en cada uno de los reclamos que emprendimos de conjunto.

Este ataque tiene como objetivo atemorizarnos y crear miedo para que no salgamos a la lucha por nuestros derechos.

Por eso en este momento es necesaria la unidad y la solidaridad entre todos, para que no se cumpla el pedido de cesantía, ya que constituiría una medida injusta y arbitraria.

Es necesario defendernos entre todos para parar esta persecución que hoy empieza por mí, pero que es un ataque a todos los que reclamamos por nuestros derechos.

El martes 30, a las 17 horas, estaremos realizando una conferencia de prensa en la sede de ATE, San Lorenzo 1879, Rosario.

* Basta de persecuciones.

* No al pedido de cesantía.

Por la defensa del hospital público y gratuito, y la salud pública.

Si tocan a uno nos tocan a todos

Daniel Digirolamo