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15/5/2008|1037

Ciudad de Buenos Aires | El Muñiz y el Sardá, colapsados

A pesar de que el gobierno de la Ciudad se comprometió, mediante un acta firmada el 15 de abril, a "acelerar la adquisición de insumos de laboratorio y otros críticos, alimentos crudos y secos, en forma inmediata", más las promesas de obras edilicias y nombramientos de personal, la situación del Muñiz se agrava día a día.

El acta fue una maniobra para levantar el plan de lucha anunciado por las gremiales del hospital que, el 16 de abril, ante una masiva concurrencia a una asamblea general en la puerta del hospital, optaron por cerrar filas con el gobierno de Macri en vez de impulsar y fortalecer el reclamo de los trabajadores.

Nada se ha solucionado

Faltan reactivos de laboratorio esenciales para los estudios más elementales. Hubo falta de películas radiográficas y de líquido revelador. No hay accesibilidad a estudios de alta complejidad fuera del hospital.

El tomógrafo del Udaondo "funciona" como si estuviéramos en guerra civil. No es una exageración. La semana pasada se realizó una tomografía de emergencia que se repitió a las 24 horas. El estudio no se registró en placa radiográfica, porque no tenían. Tampoco se realizó un informe escrito, porque no tenían papel. Y tampoco se registró en la memoria digital del tomógrafo, porque ¡ya no tiene espacio!

A través de la Asociación de Médicos Municipales se anunció la existencia de un plan de traspaso de los edificios de los hospitales Udaondo y Ferrer, a los terrenos del Muñiz. Para Macri y Lemus, será el futuro "polo sanitario del sur".

Para la población que se asiste en estos hospitales, será el achicamiento, la compactación y la liquidación de tres hospitales "monovalentes".

Los que no pueden mantener el predio del Muñiz libre de perros sueltos y desmalezado, y un hospital funcionando plenamente, ocultan a la opinión pública el verdadero objetivo: un proyecto inmobiliario para el corredor sur, ocupado por las áreas vacantes, que superaría a Puerto Madero.

Mientras tanto, dos asambleas de médicos y profesionales, han decidido impulsar los reclamos.

Sin embargo, el freno lo pone la gremial médica, que evita lanzar una movilización que enfrente a Lemus y a Macri.

Los trabajadores del Muñiz nos encontramos en el cruce de dos caminos: o superamos con la movilización independiente de las gremiales y del gobierno el plan de liquidación del hospital, o seremos furgón de cola de los acuerdos trazados como hasta hoy, asistiendo al vaciamiento del hospital.

Maternidad Sardá, en emergencia hospitalaria

El déficit de personal, de obras edilicias, de equipamiento y la tercerización de servicios (alimentación), son un callejón sin salida…

Los reclamos de nombramientos tienen años de atraso: sólo en enfermería se necesitan 100 incorporaciones.

Una maternidad como la nuestra, de envergadura e importancia nacional e internacional, carece de ambulancia para el traslado de las pacientes.

El déficit y deterioro se extiende al equipamiento, los insumos, las salas de internación, depósitos, ascensores, salidas de emergencia y la comida…

Frente a esta situación el gobierno de Macri /Lemus, centralización mediante, sólo ha ejecutado el 5% del deficitario presupuesto de salud…

La política de este gobierno de reducción de los "gastos" en salud (así como en educación, vivienda, planes sociales) es de un feroz ataque al hospital público, a los trabajadores de la salud y al pueblo…

El gobierno que impulsó el cierre del Borda y el Moyano tuvo que recular por la movilización de los trabajadores. Ahora pretende trasladar el Udaondo y el Ferrer al hospital Muñiz…

La salud de la población está en riesgo. El funcionamiento adecuado de la maternidad requiere que se garanticen el conjunto de los reclamos formulados.

Luis Trombetta y Jorge Pachamé