Partido

15/4/2015|1359

Crisis política en La Rioja


Un escenario de crisis y disgregación de la camarilla gubernamental dominan a la provincia.


La repulsa al gobernador Beder Herrera fue creciendo en los últimos años, al calor de la masiva lucha contra la entrega de los nevados del Famatina a los pulpos mineros internacionales, la enorme pueblada universitaria que desplazó a las autoridades vinculadas con el gobierno y, en general, a un escenario de agravamiento de la crisis social.


En los últimos años, el intendente de la capital, Ricardo Quintela (PJ), decidió jugar su porvenir político coqueteando con los reclamos ambientalistas, tomando distancias de Beder y promoviendo una elección constituyente de la Carta Orgánica municipal. Quintela agitó la bandera de la ausencia de autonomía municipal para justificar las postergaciones y atropellos cotidianos que sufren los vecinos. El objetivo de Quintela era instalarse políticamente en la previa a las elecciones provinciales y sumó el apoyo de la UCR, sectores del PJ ligados a Massa y a Menem, e incluso a sectores del centroizquierda y reconocidos ambientalistas.


Beder, por su parte, apeló a la Justicia y logró que la Junta Electoral provincial suspendiera para el 9 de agosto la elección de constituyentes municipales previstas para abril. Paralelo a ello, decidió adelantar la elección provincial para el 5 de julio. En ese marco, el frente electoral que había armado Quintela terminó explotando, la UCR decidió abrirse y confluir con el macrismo riojano.


La división del PJ, el giro a la derecha de la UCR y de Quintela -que coqueteaba con los reclamos ambientalistas y democráticos- y el notable agravamiento de la crisis social y los conflictos abre la perspectiva para un desarrollo del Partido Obrero y al Frente de Izquierda como la única alternativa para que la crisis no la paguen los trabajadores.